Juan Pablo II hace alusión a la celebración del Domingo de la Divina Misericordia y se refería al pasaje del Evangelio ?cuando el Resucitado se aparece a los apóstoles ?y les mostró las manos y el costado?.
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ROMA, ITALIA.- El texto que Juan Pablo II, fallecido la víspera, había preparado con motivo de la solemnidad de la Divina Misericordia (el segundo domingo de Pascua), fue leído ayer en la plaza de San Pedro por el arzobispo Leonardo Sandri.
Finalizada la misa de sufragio por el Papa, Sandri, quien permanece como sustituto en la Secretaría de Estado, rezó la oración del Regina Coeli y leyó el texto que a causa de su fallecimiento el extinto Pontífice ya no pudo leer.
En el mismo Juan Pablo II recordaba la celebración del Domingo de la Divina Misericordia y se refería al pasaje del Evangelio ?cuando el Resucitado se aparece a los apóstoles ?y les mostró las manos y el costado?.
Es decir ?los signos de la dolorosa pasión grabados de forma deleble en su cuerpo incluso tras la resurrección. Esas llagas gloriosas que, ocho días después, hizo tocar al incrédulo Tomás, revelan la misericordia de Dios, que amó al mundo que le entregó a su Hijo Unigénito?.
?A la humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado ofrece como don su amor que perdona, reconcilia y vuelve a abrir el ánimo a la esperanza?, dijo el texto del Papa.
?Es amor que convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Divina Misericordia!?, señaló.
?Señor, que con tu muerte y resurrección revelas el amor del Padre, nosotros creemos en ti y con confianza te repetimos hoy: Jesús, confío en Ti, ten misericordia de nosotros y del mundo entero?, dijo.
?La solemnidad litúrgica de la Anunciación, que celebraremos mañana lunes (hoy), nos lleva a contemplar con los ojos de María, el inmenso misterio de este amor misericordioso que brota del Corazón de Cristo?, subrayó.