EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Los textos evolucionan. Sobran ejemplos de toda índole para comprobar esta idea. Están, para no ir tan lejos, los estudios y aproximaciones al tema de Alfonso Reyes, a quien interesaban el ambiente y los estímulos bajo los cuales suele ampararse la vida de un texto, los caminos que sigue, los pasos que da.
Ésta es la introducción con la cual Guillermo Samperio abrió la presentación del libro Boca de Arena Bajo el Cielo, selección de textos del taller La Ficción Breve. Com del Instituto Coahuilense de Cultura (Icocult) Laguna, mismo que cada año rinde frutos como éste y que constata un trabajo colectivo y al mismo tiempo muy personal con la letra.
Guillermo Samperio está a cargo de dicho taller y hace referencia de Mario Reyes: ?En palabras del propio Reyes, ese estímulo inicial lo es por ser el primer sobresalto. Sin embargo, esa primera tentación quedaría trunca sin una respuesta que dé forma al impulso.
?Y probablemente el lugar donde más evidentemente se constata la afirmación de la necesidad de un motor colectivo para ese primer impulso es el taller: en él, el avance se realiza bajo el amparo del comentario crítico y la pertenencia a un grupo literario en funciones.
La presentación de Boca de Arena Bajo el Cielo contó con la presencia de Ana Sofía García Camil, directora del Icocult Laguna, la cual se realizó la mañana del sábado en conocida plaza comercial.
En el taller los escritores laguneros tienen la oportunidad de trabajar y desarrollar sus ideas en cuentos cortos, uno de los géneros en los que especializa el maestro Samperio.
Precisamente, algunos de los integrantes del taller se hicieron presentes para comentar acerca del material, como fue el caso de Fernando Martínez e Idoia Leal Belausteguigoitia.
Durante la presentación se dieron a conocer algunos de los textos que incluye el libro, ficciones breves con títulos como Amanecer, Detrás el Umbral, Una Confesión, entre otros.
El público asistente conformado por escritores, pintores, público que gusta de la lectura y hasta los propios autores, pudo disfrutar de una mañana de letras, en la cual el sentido del humor por parte de Guillermo Samperio se hizo notar.