Si en México nos quejamos del exceso y complejidad de las Leyes, les recomiendo darse una vuelta por California para realmente sufrir lo que viene a ser una telaraña interminable de reglamentaciones.
Es cierto que la burocracia es menor y que la Ley se aplica con efectividad y firmeza, pero a la vez se presentan situaciones por demás inverosímiles.
Un caso muy sonado que ha generado interminables protestas en los últimos años es el derecho al aborto de los adolescentes en varias entidades de la Unión Americana, principalmente California.
Para una chica de 16 años resulta más fácil acudir a practicarse un aborto en una clínica privada que ingresar a un salón de bronceado en donde se requiere para las adolescentes la autorización por escrito de uno de los padres.
Todavía más: si su hija necesita en su escuela una aspirina o ser atendida por alguna enfermedad inesperada, es obligatorio llamarles a los padres y solicitar su aprobación al menos por la vía telefónica.
Pero si la misma chica toma la fácil salida del aborto puede ausentarse de la escuela con tan sólo informar a sus maestros, presentarse en la clínica para ser sometida a dicha intervención y regresar un par de horas después a su salón de clases sin que sus padres jamás hayan sido enterados.
La enmienda que permite esta barbaridad data de 1987 cuando se aprobó un estatuto que fue aprobado por la Legislatura Estatal y por el gobernador en turno que requería del consentimiento de los padres para que una menor se sometiera a un aborto.
Pero la Ley fue apelada de inmediato por la organización “Planned Parenthood” y los tribunales aceptaron prohibir la aplicación del nuevo estatuto.
Desde entonces se ha registrado una intensa lucha de grupos de padres de familia por revocar esta situación, pero una y otra vez los tribunales han fallado a favor de la defensa de “Planned Parenthood”, organismo considerado como el principal promotor del aborto en los Estados Unidos.
La nueva iniciativa que en este momento ha tomado fuerza en California solicita que salvo en circunstancias de emergencia, todo médico deberá notificar a uno de los padres la realización de un aborto en una menor al menos con 48 horas de anticipación.
En los estados que esta Ley ha prosperado se ha conseguido una disminución dramática no sólo del número de abortos sino también del total de casos de embarazos en muchachas menores a los 18 años de edad.
En Gran Bretaña existen también estas facilidades para el aborto en menores, lo que ha originado hoy en día que uno de cada cinco abortos sea de una adolescente y que el número total de casos ascienda anualmente a 3,500.
Los estudios científicos demuestran cada vez con mayor certeza que la vida humana comienza prácticamente desde que el óvulo de la mujer y el espermatozoide del hombre se unen para formar el embrión.
Pero los grupos liberales y más que nada las feministas radicales insisten en considerar al aborto como un derecho de la mujer cuando en realidad desde la concepción llevan ya en un seno a un ser humano en pleno desarrollo.
Ya veremos si este año prospera finalmente esta Ley para limitar el aborto de las adolescentes En California. Si los jueces y tribunales deciden mantener esta barbaridad les pediríamos que cuando menos sean más congruentes con el resto de las Leyes.
Es decir que entonces permitan a las adolescentes tomar una aspirina en su colegio sin necesidad de llamar a sus padres y de paso acudir sin permiso a un salón de bronceado.
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