El que tiene un acusador por juez, necesita a Dios por abogado...
¿Cuál fue el producto de la Revolución en México, un papel llamado Constitución... un pergamino que al igual que la tabla que Dios le dio a Moisés con los diez mandamientos ya es obsoleta y no porque en su momento sea caduca, sino porque los encargados de su ejecución y la aplicación a su conveniencia así lo han dispuesto.
Cuando los tres poderes de la nación aún se consideraban dentro del Federalismo y el Nacionalismo, los decretos, aunque dolorosos para el pueblo eran acatados y los distintos aparatos de justicia cumplían con las disposiciones emanadas sobre todo por la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Hace tiempo los tres poderes de la nación se volvieron un reverendo mitote, el H. Congreso con sus cámaras Baja y Alta, con francos zafarranchos de combate, el Poder Ejecutivo disparando disparates y resbalando en cada presentación u actuación dentro y fuera del país, y lo que nos faltaba: el desdén y desaire que se le hace a la Suprema Corte de Justicia de la Nación y Ley sobre el contrabando de vehículos de procedencia extranjera (los llamados chuecos o chocolates), la Ley no es nueva de ninguna manera, sin embargo, la Suprema Corte de la Nación la desempolva y dictamina lo que en sí es y siempre ha sido un delito, el contrabando.
Ahora resulta que algunos gobernadores para no perder puntos o votos en su gestión, dicen que a ellos no les corresponde detener a nadie con ese tipo de vehículos, lo mismo pasa con las diferentes corporaciones policíacas, lo que una vez más queda demostrado es que nuestro derecho no está diseñado para impartir justicia sino es un complejo mecanismo diseñado por el poder político para operar y delinquir, sobre todo en épocas electorales y hasta pensar que de esa manera engañan a la opinión pública.
Con un Estado de Derecho más chueco que un plátano nadie en este país puede decir que la democracia está consolidada, menos cuando el rasante de nuestra justicia no es parejo. Dice el representante de una de las tantas organizaciones de protección de carros chuecos que su organización no le teme a nadie y si un vehículo es detenido por alguna corporación miles de asociados van y lo rescatan a la fuerza (03/07/05 en el programa de televisión canal nueve, del arquitecto Benavides en Monterrey, Nuevo León.
Con estos argumentos y bajo esa presión de un delincuente que se dice jefe de una organización delictiva ¿en qué papel queda la SCJN y el tan sonado Estado de Derecho? ¿Cómo es posible que de golpe y porrazo sea derribada toda una estructura que está plasmada en nuestra máxima carta y emanada de los miembros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación?
De nada sirve que al presidente Fox celebre el dos de julio como el día de la caída del viejo régimen, si las estructuras viciadas y autoritarias no fueron capaces de cambiar en nada el estado de las cosas, una impunidad heredada que sigue intacta y mientras el abuso de poder, la injusticia y la inmunidad sean protegidos, seguiremos en la misma estructura institucional, con la misma práctica perversa y la misma tendencia de castigar a los enemigos y proteger a los amigos.
En nuestro querido país los decretos y leyes seguirán naciendo muertas y los políticos serán sus sepultureros porque para ellos significa un costo político y mientras la misma PGR se mueva sólo bajo las órdenes del Poder Ejecutivo y los designios políticos la aplicación y procuración de la justicia y las leyes serán un rotundo fracaso porque se soslaya lo esencial: el verdadero Estado de Derecho.
Este juego perverso que se da en las diferentes corporaciones policiacas (en la República existen ocho diferentes) respecto a los carros chocolates es una prueba más de medir fuerzas entre el poder político con gobernadores temerosos de perder más de dos millones de votos, que es lo que se calcula de dueños de estos vehículos de procedencia extranjera y que ahora la Corte les llama contrabandistas o la aplicación del Estado de Derecho.
¿Estará dispuesto y preparado el Gobierno para emprender una tarea de esta magnitud, como lo es el decomiso de más de dos millones de vehículos? o como los malos toreros, el Gobierno tendrá una graciosa huida.
Con estas estructuras jurídicas, la impunidad impuesta como modelo desde la cúpula es un problema endémico, que la sociedad repite con frecuencia y lo padecemos prácticamente en todas las áreas, la impunidad no es un mal de partidos, de colores, de sexos; es de instituciones y mientras tanto las leyes en el ámbito nacional, estatal y municipal son letras muertas ante tanta corrupción... el remedio, es fácil, podemos comenzar con nosotros mismos y con un solo rasgo: la honestidad.
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