Basile Georges se encuentra en buen estado físico; los captores no recibieron el rescate de 200 mil dólares que habían solicitado.
CIUDAD DEL VATICANO, (Reuters).- El arzobispo católico de Mosul que fue secuestrado el lunes a punta de pistola ha sido liberado el martes por la mañana sin que se haya pagado rescate, dijo el Vaticano.
El portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls, dijo que el Papa Juan Pablo II fue inmediatamente informado de la liberación del arzobispo Basile Georges Casmoussa, de 66 años, y "dio gracias a Dios por el final feliz de este episodio".
Al expresar la "gran satisfacción" del Vaticano, Navarro-Valls confirmó la información procedente de Irak de que no se había pagado rescate.
Misna, una agencia de noticias misionera católica con sede en Roma con amplios contactos en el mundo en desarrollo, había informado previamente de que los captores habían exigido un rescate de 200 mil dólares.
El Vaticano anunció el secuestro - que calificó de "acto de terrorismo" - el lunes por la noche y demandó la inmediata liberación del arzobispo.
Casmoussa fue capturado por hombres armados en dos coches en el distrito de al-Majmoua al-Thaqafiya de la tercera ciudad más grande de Irak mientras se dirigía a visitar a algunas familias de su congregación.
Navarro-Valls dijo que el secuestro había "supuesto una gran sorpresa" porque Casmoussa era "muy querido" tanto por la comunidad cristiana como por la musulmana.
Se cree que Casmoussa fue el prelado católico más importante en ser secuestrado en Irak, donde la iglesia local ha sido objeto de una campaña de bombas destinadas a intimidar a la pequeña minoría cristiana.
La mayoría de los cristianos iraquíes, que representan un tres por ciento de una población de unos 25 millones, pertenecen a las antiguas iglesias asirias y caldeas. El Vaticano se opuso fuertemente a la invasión a Irak liderada por Estados Unidos.
Aunque los cristinanos tenían poco poder político bajo el gobierno de Saddam Hussein, eran libres para profesar su religión y no se sentían amenazados por la violencia sectaria.
Pero desde la invasión liderada por Estados Unidos en el 2003, los cristianos iraquíes, que totalizaban unos 650 mil, han estado dejando el país silenciosamente a medida que los insurgentes aumentan los ataques contra sitios sagrados tanto de los musulmanes como de los cristianos, aparentemente para inflamar la violencia religiosa.
El mes pasado, el ministro de relaciones exteriores del Vaticano alertó que el sentimiento anticristiano se estaba extendiendo en Irak y en otros países musulmanes, a causa de la guerra contra el terrorismo.
El arzobispo Giovanni Lajolo dijo que existe un sentimiento anticristiano en los lugares donde se percibe que las estrategias políticas de los países occidentales están dirigidas por el cristianismo.