A pesar de que dos se declararon culpables, el juez dijo no tener elementos suficientes
Luego de un año cuatro meses, fueron puestos en libertad los cinco secuestradores que plagiaron a David Correa Medina el pasado 14 de mayo del 2004 en virtud de que, según el juez, no encontró elementos suficientes para dictaminar el auto de formal prisión, a pesar de que dos de los detenidos fueron encontrados en un centro comercial al momento en que iban a recibir el dinero del rescate y los otros tres fueron sorprendidos en la casa donde tenían a la víctima, portando armas de fuego.
Familiares de la víctima informaron a este medio de comunicación de la libertad y resolución del juez y señalan que en aquel tiempo, el director de la Policía Ministerial, Eulalio Aldama Enríquez, dijo que se iba a aplicar todo el rigor de la ley a los secuestradores encontrados en flagrancia. También señalan que en los discursos del Gobernador siempre se ha hablado la seguridad de los duranguenses, pero advirtieron que en este caso se ve lo contrario.
El 14 de mayo del 2004, Daniel Correa Medina, de 34 años de edad, entre las 13:00 y 14:00 horas, acudió a una institución bancaria ubicada sobre el bulevar Francisco Villa, casi frente a un centro comercial, acompañado de un par de empleados, para retirar un envío de 23 mil pesos.
Daniel aguardó en las afueras del banco en el interior de una camioneta de su propiedad, cuando hasta él llegaron un par de sujetos y a golpes de pistola lograron someterlo, mientras uno de ellos abordó la unidad para bajarlo al piso del vehículo y al mismo tiempo otro de los secuestradores encendía la camioneta para darse a la fuga con la víctima.
Sus acompañantes, al salir, no localizaron el vehículo y tomaron las cosas con naturalidad, pensando que Daniel había tenido que retirarse de urgencia. Horas después sus familiares recibían la primera de las llamadas, en la cual se anunciaba el secuestro, exigiendo al mismo tiempo un millón y medio de dólares por respetar la vida de su pariente.
Fue hasta el siguiente día por la mañana que la familia del secuestrado decidió, pese al riesgo de muerte, dar parte a la Policía Ministerial. Día tras día los telefonemas vía celular exigían la millonaria cantidad, pero finalmente concertaron que el rescate quedara en 300 mil dólares, así como las facturas de dos camionetas.
Después de casi una semana de investigaciones, se logró detener a dos de los colaboradores del plagio en el estacionamiento de un centro comercial ubicado por el bulevar Felipe Pescador, mientras trataban de cobrar una parte del rescate. Ahí confesaron su participación; por ello, fue posible capturar al resto de la banda y salvar a la víctima.
La aprehensión se realizó cuando una decena de agentes ministeriales se prepararon y vestidos de civil se acomodaron estratégicamente en el lugar para esperar a los presuntos emisarios. Bernardo Soto Sarabia, de 29 años, presunto cabecilla de la banda, vecino del municipio de Santiago Papasquiaro, llegó a la hora determinada, 18:30 horas, acompañado de Martín Jaime Bobadilla Arias, de 36 años, originario de Cuernavaca, Morelos, quienes confesaron su participación y denunciaron que Daniel estaba sano en cierto domicilio de la colonia Ampliación 20 de Noviembre.
A las 18:45 horas, el grupo especial de la Ministerial acudió hasta el lugar señalado y tras irrumpir en el inmueble, lograron aprehender a Pascual Álvarez Rocha, de 24 años, y Marcial Aldaco Villegas, de 54, sujetos que, armados cada uno con pistolas calibre .9mm, trataron de oponer resistencia pero fueron sometidos de inmediato.
Horas más tarde fue capturado Ezequiel Soto Sarabia, quien al llegar al lugar donde tenían a David se percató de la presencia de los ministeriales y se dio a la fuga, pero después de una persecución se logró la detención, encontrándole el teléfono celular de donde fueron hechas las llamadas para exigir el rescate.
De acuerdo con la información proporcionada en aquel tiempo, por el entonces director de la Policía Ministerial, Eulalio Aldama Enríquez, durante una rueda de prensa, indicó que Ezequiel, hermano del autor intelectual y líder de la incipiente banda, cuenta con antecedentes penales en el estado, por delitos contra la salud que datan del año de 1993, al igual que Marcial Aldaco Villegas, originario del municipio de Rodeo, el cual fue acusado de homicidio en los años de 1993 y 1999.
En cuanto a Martín Jaime Bobadilla Arias, se solicitaron sus antecedentes a la Procuraduría de Justicia del Estado de Morelos, con el fin de establecer si tienen cuentas pendientes con la justicia.