EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Línea

Félix Fuentes

Habrá estabilidad económica transexenal por 20 años, afirmó el secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, contagiado de un optimismo enfermizo. Ni Alan Greenspan, el genio financiero de Estados Unidos, sería capaz de aventurar semejante pronóstico, el cual contribuye a elevar el desdén hacia el régimen que termina. Según el hacendario, los mercados financieros tienen confianza en México porque “toman papeles de deuda nacional a plazo de 20 años con rendimiento de 8.75 por ciento nominal fijo”. No es para echar campanas a vuelo.

Quienes adquieren esos certificados aseguran su dinero al rendimiento pactado y están seguros de su recuperación, pues la garantía es nuestro país, sin importar cuanto suceda. ¿Qué hace un inversionista cuando los bancos le pagan dos por ciento de intereses por sus depósitos o los bonos del Gobierno estadounidense reditúan menos de cuatro por ciento anual? Desde luego busca opciones, como la papelería mexicana y se deshace de la misma en cuanto obtiene los dividendos pactados. El amañado crecimiento de tres por ciento del año tampoco es garantía, porque en ese cálculo están incluidas las ventas de empresas transnacionales y maquiladoras.

Tenemos esta información oficial: en 2004, la exportación definitiva a Estados Unidos fue el rubro más reducido. Gracias a las ventas del petróleo ingresaron a México 18 mil 906 millones de dólares, y significó 50.93 por ciento. Lo demás contabilizó 18 mil 210 millones de dólares, cantidad menor a la enviada por compatriotas radicados en EU, la cual ascendió a 20 mil millones de billetes verdes.

De petróleo debiera hablar el pitoniso Gil Díaz. Ha de saber que el principal pozo productor, el Cantarell, se agota a ritmo agigantado debido a la explotación indiscriminada. Y como en este régimen fue suspendida la exploración, porque Hacienda despoja a Pemex de hasta 70 por ciento de sus ingresos, la primera industria nacional está a un paso de perder 800 mil barriles por día de la producción global. El posible desplome petrolero será de catástrofe para la economía nacional.

El propio Gil Díaz ha dicho que los ingresos del erario público están basados en el crudo. Reconoce así la escasa captación tributaria...

¿Y por qué la recaudación fiscal se hundió? Elemental, como diría Sherlock Holmes: si cerró gran parte de las pequeñas y medianas industrias, debido al posicionamiento de las transnacionales en la República -consecuencia del neoliberalismo-, es claro que mucha gente dejó de pagar impuestos y los millones de desempleados emigran a otras naciones o engrosan hordas del ambulantaje.

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 187249

elsiglo.mx