Afirma el secretario de Gobernación que el país necesita una vivencia de tolerancia especialmente política.
México, (Notimex).- En la búsqueda del triunfo para ocupar cargos de elección popular, gane quien gane, tiene el reto de construir junto con sus adversarios, desde cualquier posición, el desarrollo con justicia de México, afirmó el secretario de Gobernación, Carlos Abascal Carranza.
Hizo un llamado al compromiso de todos, en esta singular hora de México, a practicar la tolerancia en todas sus expresiones, y en particular en la política, para que la democracia mexicana salga fortalecida del proceso electoral de 2006.
Al encabezar en el salón Revolución de la dependencia el Día Internacional de la Tolerancia, recordó que a lo largo de nuestra historia la carencia de este valor ha producido facturas sociales de dimensiones enormes.
El encargado de la política interior del país expuso que sin menoscabo de la intensidad de la lucha por la conquista por el poder, el respeto y la tolerancia hacia las ideas, creencias, maneras de ser y plataformas electorales de los otros candidatos, engrandecerá a quien siga este camino.
"La sociedad sabrá discernir quién respetó y toleró y, por tanto, quién le garantiza que será un gobernante firme, pero clemente y magnánimo y no un déspota y autoritario que desdeña a sus oponentes y que, tarde o temprano, desdeñará a sus gobernados", afirmó.
Destacó que ahora que comienza la lucha por la sucesión presidencial y por el Congreso, es pertinente recordar que hoy el país necesita una vivencia de tolerancia política.
Y es que, comentó, la discusión y el debate serán muy fuertes, pudiendo llegar incluso a rondar los límites de la civilidad, pero "la sociedad sabrá discernir" entre ellos.
"La vida electoral ya inminente de México reclama una gran tolerancia y magnanimidad de parte de todos los actores políticos", dijo y abundó que "en este terreno, bueno será todo lo que perfeccione nuestra democracia y malo será todo lo que la deteriore".
En su discurso, Abascal Carranza recordó que el gobierno del presidente Vicente Fox se propuso en el Plan Nacional de Desarrollo 2001-2206, promover un clima de tolerancia entre las instituciones religiosas y de colaboración con las mismas, en beneficio de la sociedad mexicana.
"Así se ha hecho durante todo el tiempo de esta administración por más que todavía hay brotes en algún lado de intolerancia que estamos atendiendo con todo cuidado", refirió.
Mencionó que ser tolerante en democracia significa mostrar respeto y consideración hacia las opiniones y la manera de ser de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias, siempre que no constituyan un delito o una falta penada por la ley.
"Es inadmisible decirse tolerante ante conductas ilegales que violenten el Estado de derecho, la convivencia humana y la paz social. No se pueden tolerar el crimen organizado ni la discriminación en cualquiera de sus formas ni cualquier atentado contra de la dignidad de la persona", resaltó.
En su oportunidad, el presidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), José Luis Soberanes Fernández, dejó en claro que la intolerancia que se confunde con la indiferencia termina constituyéndose en una de las formas más frías y atroces de discriminación, en tanto que a la larga se excluye y se marginaliza a los demás.
En ese sentido, expuso que no se puede ser tolerante con ciertos fenómenos que, por desgracia, siguen siendo recurrentes en nuestra sociedad, tales como la tortura, la corrupción, la explotación de menores, la discriminación, la pobreza extrema y otras muchas formas en que se atenta contra la dignidad humana.
En su oportunidad, el presbítero Jorge López Pérez, a nombre del Consejo Interreligioso de México, expuso que para superar esos espacios reducidos de intolerancia religiosa tiene que persistir la educación laica y ejecutar políticas de carácter social que contribuyan a sacar a los grupos marginados del aislamiento en que están.
