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Llega Bush a Japón en medio de protestas

Ambos países anunciaron un acuerdo para reducir la presencia de fuerzas militares norteamericanas en territorio japonés.

Tokio, (EFE).- El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, llegó hoy a Japón para impulsar con el primer ministro nipón, Junichiro Koizumi, la nueva alianza militar anunciada en octubre pasado por los dos países.

Tras llegar a Osaka, la segunda ciudad más populosa de Japón, Bush se dirigió a Kioto, una de las capitales históricas de este país y ciudad monumental por excelencia, que acogerá mañana una cumbre con Koizumi que ha sido destacada por el propio primer ministro como un hito en las relaciones de Washington y Tokio.

"EU es el aliado más importante de Japón", afirmó Koizumi, quien adelantó que mañana, cuando se reúna con Bush, intercambiará "francas opiniones desde el punto de vista de la alianza norteamericano-japonesa en el contexto global".

El pasado 29 de octubre, los departamentos de Defensa de ambos países llegaron a un acuerdo para reubicar y reducir parte de las tropas estadounidenses estacionadas en Japón, y atribuir un mayor papel a las fuerzas militares niponas en misiones internacionales.

El acuerdo, entre otros puntos, establece que EU retirará siete mil de sus marines estacionados actualmente en el archipiélago de Okinawa, a unos 1.500 kilómetros de Tokio, y los trasladará a Guam, en el Pacífico occidental norteamericano.

Estados Unidos tiene en Japón 44.590 soldados, la mayor parte fuerzas de desembarco y del Ejército del Aire, y casi dos terceras partes de ese contingente están en Okinawa.

El acuerdo contempla también la reubicación de varias bases en Okinawa y otras regiones de Japón, y da nuevas funciones a las llamadas Fuerzas de Auto Defensa niponas en esa seguridad global citada por Koizumi, con la posibilidad de participar en misiones de paz hasta ahora limitadas por la Constitución.

Precisamente, una de las principales apuestas de Koizumi para el 2006 es la reforma de esa Constitución pacifista (impuesta por EU en 1947), para atribuir a las Fuerzas de Auto Defensa un estatus militar que formalmente no tienen y facilitar su cooperación en el exterior.

Esa reforma constitucional, cuyo borrador se acaba de presentar, abre las puertas a esa participación de tropas japonesas en operaciones de paz que requieran el uso de armas o incluso a que Japón aplique el derecho a la "defensa colectiva", es decir, acudir en ayuda de un aliado que es atacado.

Ambas eventualidades son prohibidas por la actual Carta Magna, de ahí la preocupación que el acuerdo de Washington ha despertado en los sectores más pacifistas de Japón y en los países vecinos que sufrieron en el pasado la agresión nipona y que ahora ven de nuevo el fantasma del militarismo en Tokio.

"Esta relación, que antaño se limitaba a la defensa de Japón y la estabilidad de la región, se ha convertido en una alianza global", afirmó el 29 de octubre la secretaria estadounidense de Estado, Condoleezza Rice, tras firmar el convenio.

En este contexto, algunos medios de prensa nipones han adelantado que mañana Koizumi podría anunciar la intención de su Gobierno de prolongar la estancia de los 600 soldados que Japón tiene en el sur de Irak, en tareas de reconstrucción como parte del apoyo nipón a la campaña de EU en el país árabe.

Buena parte de las conversaciones que Bush y Koziumi mantendrán mañana sobre seguridad en Extremo Oriente se centrarán en la crisis desatada por el programa de armas nucleares de Corea del Norte.

Tokio mantiene un apoyo sin reservas a la postura de firmeza de Washington frente a Corea del Norte y, junto a EU, es el único país que ha mencionado la posibilidad de imponer sanciones al régimen comunista y llevar el caso ante las Naciones Unidas.

No todo serán, sin embargo, parabienes entre los dos mandatarios, pues entre Japón y EU se alza el contencioso de las importaciones de carne de vacuno norteamericanas, prohibidas como medida para evitar la propagación en este país del llamado "mal de las vacas locas".

Algunos sectores del Congreso estadounidense han demandado a la Casa Blanca la imposición de sanciones contra Japón si no levanta el embargo sobre esa carne de res.

Sin embargo, después de que un comité gubernamental declarara hace unos días que no existen motivos sanitarios para desconfiar de la calidad de la carne procedente de EU, parece muy probable que incluso esta última espina en las relaciones de los dos países pueda ser eliminada a raíz de esta cumbre de Kioto.

Koizumi también señaló hoy que instará a Bush para que EU participe en los esfuerzos para paliar el calentamiento del planeta, mensaje significativo teniendo en cuenta que se producirá en la ciudad que dio origen al Protocolo de Kioto para la reducción de los gases destructores de la capa de ozono.

Después de su estancia en Kioto, Bush viajará a Corea del Sur, donde participará los días 18 y 19 de noviembre en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del Foro de Cooperación Económica de Asia-Pacífico (APEC), para después desplazarse a Pekín y cerrar su gira asiática en Mongolia.

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