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México, DF.- El desarrollo alcanzó por fin al bolsillo de los mexicanos en esta administración, debido al aumento en los apoyos a emprendedores y a Micros, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), asegura el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond.
Dijo que aunque el Gobierno Federal ha logrado respaldar el desarrollo de dos millones de empresas de menor tamaño, aún falta una cantidad similar por impulsar en el país, por lo que adelanta que la Secretaría de Economía solicitará en el Presupuesto de Egresos para 2006 incrementos importantes para continuar con esta tarea.
El titular de la dependencia asegura que el desarrollo macroeconómico ?sí ha penetrado en el tejido de la microeconomía social?. Destaca la alta generación de empleos del sector de las Mipymes, ?lo que ha permitido que un alto porcentaje de la población tenga hoy su propio negocio?.
Señala que pese a la efervescencia política para finales de 2005 y el próximo año, ?en el Gobierno Federal seguiremos trabajando a tambor batiente en las actividades de mayor contenido social?.
El funcionario refiere que desde el inicio de la administración del presidente Vicente Fox Quesada, la prioridad en materia de desarrollo económico interno ha sido el impulso a las Mipymes, porque ?en México, como en cualquier parte del mundo, constituyen la columna vertebral de la actividad económica?.
Desde 1999 hasta 2005, el presupuesto para las empresas de menor tamaño se ha incrementado mil 341 por ciento, al pasar de 123 millones de pesos a mil 700 millones en en ese periodo, cantidad que, sin embargo, es necesario incrementar en forma importante. Con este incremento en el presupuesto para el llamado Fondo Pyme que maneja y distribuye la Secretaría de Economía, se ha logrado aumentar el número de beneficiarios de estos apoyos al sector productivo, así como nuevos emprendedores, en tres mil 528 por ciento en el mismo periodo.
Para 2005, toda la banca comercial tiene al menos un producto para pequeñas y medianas empresas, sin garantía hipotecaria y tasas de interés razonablemente competitivas, mientras que en el año 2000 el sector bancario no contaba con fondos de garantía.