Madrid, (EFE).- Bebida y algún que otro dulce para reponerse del viaje desde Oriente aguardan a los Reyes Magos en las casas, donde los pequeños esperan, emocionados, los regalos que Melchor, Gaspar y Baltasar dejarán junto a sus zapatos.
Tradicionalmente, la del 5 de enero es la gran noche de los nervios y la magia para millones de niños, pese a que sus majestades, que hace dos mil años llevaron oro, incienso y mirra al niño Jesús, han encontrado un fuerte competidor en Papá Noel.
El mercado manda y el periodo navideño ha perdido su espíritu principalmente religioso en beneficio del consumo.
Quien tiene hijos o nietos en edad infantil, sabe bien anoche fue casi imposible meterlos en la cama, que es más que probable que haya alguna excursión furtiva para ver si los Reyes ya han dejado los regalos y que el madrugón está garantizado.
Unas horas antes, los niños dejaron agua para los esforzados camellos de los Reyes, y bebida y comida para unos monarcas que en esta ocasión se sumaron a la conmemoración del IV centenario de la publicación de "El Quijote", y llegaron cargados de libros.
Ilusión y cultura irán de la mano este año, en el que las cabalgatas de Melchor, Gaspar y Baltasar inauguraron en España el Año del Libro y la Lectura 2005, con el ingenioso hidalgo de La Mancha de Miguel de Cervantes convertido en "invitado especial".
En cada población de España, los Reyes demostraron que ellos y sus comitivas tienen el don de la ubicuidad y que en la misma tarde pudieron saludar y regalar caramelos a quienes fueron a verlos.
Raro fue verlos subidos en camellos, medio de transporte que utilizaron hace dos milenios para llegar hasta Belén, pero no tanto en barcos, para llegar a lugares costeros, en tractores, para las zonas rurales, e incluso en esquís para los lugares de montaña.
O, haciendo gala de que se amoldan a los tiempos, optaron por llegar en helicóptero a varias localidades e incluso, como en la localidad de Alarilla (centro de España), en ala delta.
Mientras, los empresarios jugueteros hicieron sus últimos números para cuantificar las ventas en este periodo, en el que se llega a realizar más del 70 por ciento del negocio de todo el año.
Una primera estimación de los empresarios apunta a que las ventas crecieron entre un dos y un tres por ciento con respecto al año anterior, según manifestó a EFE el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes (AEFJ), Salvador Miró.
"Cuantificar exactamente la facturación es difícil por lo tarde que se han realizado este año las compras de juguetes, pero, visto el ritmo de los últimos días, todo indica que esta campaña se cerrará con una cifra próxima a los 720 millones de euros", dijo Miró.
Otra cosa que no cambia es el fuerte sacrificio económico de los padres, a los que el desembolso hará mas duro llegar a fin de mes.
Verán como los pequeños disfrutan, pero también tendrán un ojo puesto en la posible "salvación" económica de la lotería de "El Niño", que repartirá 700 millones de dólares en premios.
El azar puede ser el alivio de muchos, aunque serán muchos más los que se conformarán con disfrutar de la ilusión de los niños.
