La delegación gubernamental norcoreana celebra conjuntamente el sexagésimo aniversario de la independencia de la colonización nipona.
Seúl, (EFE).- Una delegación de Corea del Norte, que llegó hoy a Seúl para celebrar conjuntamente el sexagésimo aniversario de la independencia de la colonización nipona, visitó el cementerio nacional surcoreano en un inusitado gesto de reconciliación de los dos países.
La delegación gubernamental norcoreana, encabezada por el secretario del comité central del Partido de Trabajadores, Kim Ki-nam, arribó a Seúl en un vuelo directo, junto a otros cien representantes civiles y 65 jugadores y entrenadores de fútbol, para participar en la celebración conjunta del aniversario.
Mañana se cumplen 60 años del fin de la ocupación nipona, conmemoración que coincide con el anuncio de la rendición incondicional de Japón ante Estados Unidos por el emperador Hirohito el 15 de agosto de 1945.
Treinta de los representantes norcoreanos acudieron al cementerio nacional, en la primera visita por parte de autoridades norcoreanas a un lugar semejante, donde se honra a más de 54.000 soldados y líderes políticos.
Muchos de los caídos pelearon contra las tropas niponas antes y durante la II Guerra Mundial, pero la mayor parte de los muertos corresponde a víctimas de la guerra que enfrentó a ambas Coreas entre 1950 y 1953, de ahí el significado simbólico de la visita.
Este acto fue interpretado por políticos, analistas y periodistas surcoreanos como una muestra de voluntad por parte de Pyongyang para convertir el actual armisticio que rige entre las dos Coreas desde 1953 en un auténtico tratado de paz.
Según la prensa surcoreana, esta inusual decisión fue tomada por el propio líder de Corea del Norte, Kim Jong-il.
El jefe de la delegación norcoreana, Kim Ki-nam, quiso quitar importancia al acto y subrayó que la visita al cementerio pretendía, simplemente, expresar el homenaje de Pyongyang a los difuntos que lucharon por la independencia coreana.
Así quiso zanjar también las interpretaciones adelantadas ayer, en el sentido de que esta visita a un lugar donde descansan los restos de decenas de miles de soldados que combatieron contra el Norte entre 1950 y 1953 era una disculpa norcoreana por esta guerra que enfrentó a ambas Coreas.
Sin embargo, según fuentes de Seúl, las autoridades norcoreanas ya expresaron el 5 de agosto su intención de visitar el cementerio con el fin de "avanzar en el proceso de reconciliación de los dos pueblos", iniciado tras la histórica cumbre de junio de 2000 entre el entonces presidente del Sur, Kim Dae-jung, y Kim Jong-il.
La semana pasada el viceministro surcoreano de Unificación, Lee Bong-jo, explicó que esta visita norcoreana tenía un significado muy importante para "curar las heridas del pasado" e iniciar un verdadero proceso de reconciliación.
No obstante, la visita se ha producido en medio de una fuerte división de la opinión pública en Corea del Sur.
Organizaciones conservadoras reclaman a Pyongyang disculpas por haber desatado el conflicto armado que les enfrentó en el umbral de la década de los años cincuenta, en el que murieron cerca de 180.000 soldados de Corea del Sur y de la ONU, y más de 370.000 civiles surcoreanos resultaron muertos.
En las inmediaciones del Cementerio Nacional varios grupos conservadores organizaron una protesta en la que exigieron disculpas a Corea del Norte, sin que se registraran incidentes de consideración.
Con este motivo, el Gobierno surcoreano limitó la ceremonia a un sencillo acto, en el que se guardaron unos segundos de silencio, sin que se ofreciera la prevista ofrenda floral.
Tras la visita, los representantes norcoreanos participaron en la inauguración de las celebraciones conjuntas del sexagésimo aniversario de la liberación del yugo nipón, que se alargarán hasta el próximo martes.
Esta conmemoración conjunta tiene un mayor significado este año, tras el notable acercamiento que ambas Coreas han protagonizado en los últimos meses, después de casi tres años de tensión motivada por el desarrollo norcoreano de armas nucleares.
El jefe de la representación surcoreana en las celebraciones de Seúl es el ministro de Unificación, Chung Dong-young, artífice de la aproximación lograda desde junio pasado, con un peso importante en la vuelta de Corea del Norte a las conversaciones multipartitas sobre su programa nuclear.