La sinusitis y faringoamigdalitis, son los males más comunes ocasionados por los cambios bruscos de temperatura.
Las enfermedades respiratorias son una seria amenaza en estos días en que el clima parece volverse loco: por la mañana hace frío, al mediodía el sol quema y en la tarde la lluvia empapa todo. Seguir algunas recomendaciones pone a salvo a la gente, pero la mayoría de las veces la amenaza no se toma en serio.
Especialistas de la Secretaría de Salud dicen que estos padecimientos son varios, entre ellos la sinusitis y faringoamigdalitis, que suelen atacar a todo mundo en época de lluvias, sequía, invierno o bien, por cambios bruscos de temperatura.
Estos males afectan el aparato respiratorio y pueden tener su origen en procesos infecciosos que se asocian con microorganismos como las bacterias: M catarrhalis y S. pneumoniae; hongos: Aspergillus o virus: Adenovirus, Rhinovirus, Influenza y Parainfluenza.
Los niños y adultos mayores forman parte de la población más expuesta a sufrirlas y causan -como es el caso de la faringoamigdalitis- dolor agudo en la garganta, inflamación de las amígdalas, dolor faríngeo y fiebre. Cuando es la sinusitis la que ataca hay inflamación de los senos paranasales y sus principales síntomas son fiebre, dolor, tos y escurrimiento nasal.
Entre los causantes de estos problemas de salud, los más comunes son el S. pneumoniae, H influenza y M catarrhalis.
BUENOS CONSEJOS
El Grupo Sanofi-Aventis, el tercero en importancia mundial en campo farmacéutico, sabe que en asuntos de salud lo mejor es prevenir, por ello recomienda abrigarse y evitar cambios bruscos de temperatura, consumir frutas y verduras ricas en vitamina A y C como zanahoria, papaya, guayaba, naranja, mandarina, lima, limón y piña, entre otros.
Los expertos en fármacos recomiendan evitar automedicarse, pero sí debe controlarse la fiebre con medios físicos (baños de agua tibia) y en caso de que persista consultar de inmediato al médico.
Los afectados deben permanecer en completo reposo en casa, tomar líquidos abundantes y mantener alimentación habitual. En caso de niños pequeños, mantener la alimentación de pecho materno y evitar lugares de alta concentración poblacional (cines, teatros, bares, autobuses, metro).
Todo mundo debe cubrirse nariz y boca con pañuelos desechables al toser o estornudar y lavarse las manos para proteger a las demás personas, además de que tiene que evitar saludar de forma directa (de beso o mano) para no contagiar.
Cuando se trata de niños y ancianos con fiebre alta, debilidad generalizada, dificultad al respirar, tos seca persistente y dolores musculares, lo mejor es acudir al doctor.
Lo aconsejable, dicen, es acudir al médico para que prescriba un antibiótico que ataque directamente la infección, que se encuentre afectando en ese momento al organismo de cada persona, pues el mal uso y abuso de estos fármacos origina resistencia bacteriana que comúnmente afectan las vías respiratorias, lo cual provoca fallas en los tratamientos utilizados.
El médico puede recetar fármacos como la Telitromicina, el primer antibiótico de una nueva familia llamada ketólidos, diseñado exclusivamente para infecciones de vías respiratorias, que no induce resistencia bacteriana.