Esto no se acaba, hasta que se acaba.
Yogi Berra
(catcher de los Yanquis)
Más allá de que los medios justifiquen el fin o que el fin justifique los medios, están las formas y los tiempos para tomar la sección protagónica en las contiendas políticas. La muestra del botón de esta surtida mercería la ponen los de arriba que se dan como en el box hasta con la cubeta, el caso de Madrazo, Gordillo, en el Tucom, o Creel, Barrios, Calderón, López Obrador y Cuauhtémoc Cárdenas con Rosario Robles ‘amarrando navajas’ y en las estatales el grupo de priistas y los panistas que también le entraron para no quedarse o sentirse relegados.
El uso y costumbre del arquetipo con reglas llenas de usufructo que ahora todos las siguen. La ética y la moralidad quedan fuera, el fraternalismo y paternalismo se rompe, los lacayos y bufones están al servicio del mejor postor, nadie es seguro y la infidelidad del hombre político domina el poder, en un apartado de la realidad, con el manoseo que se le da al pensamiento y a la razón siempre anteponiendo el interés particular.
Un atropello a la razón es lo que pasa en el país y en Coahuila en particular, donde el mismo gobernador Enrique Martínez y Martínez y el delegado priista Manuel Cavazos Lerma (que por cierto tiene más o menos 30 años viviendo en el mundo feliz, que da la lana del pueblo, ha sido diputado, senador, gobernador, etc, etc.), quien dice que es normal y hasta aplaude la efervescencia política de sus bebés-dinosaurios que como buenos monopolistas se apoderaron de los cuadros y a toda costa quieren ganar la plaza, el costo es lo que menos importa.
Pronto los que andaban con Raúl Sifuentes, negarán la cruz de su parroquia, lo mismo pasará con Chuy María, con Javier Guerrero, Humberto Moreira y Alejandro Gutiérrez, Jorge Zermeño, Miguel Arizpe, Juan Antonio García Villa y los que se acumulen; mismos que morderán el polvo y los que ayer se dijeron seguidores hasta la ignominia con el candidato, al ver perdida la plaza se montarán sin vergüenza ni remordimiento alguno en el otro carrusel de las vanidades y a vivir el eterno romance con la lana del pueblo, contubernio que da la vaguedad de saber que por unos años (cuatro o seis), mamarán de la escuálida teta presupuestal con un IFE y IEPCC prostituido, sordo, ciego, mudo, emulando a los avestruces y actuando sólo como otro más de los tentáculos de la oligarquía que da la hegemonía de un Gobierno corrupto, incluyendo al actual jefe en el PRI, un reconocido mapache que al fin con la disciplina ciega a su partido logra su sueño.
Ésa es la sucia política nacional, estatal y municipal donde las propuestas vienen después y en el mejor de los casos nunca llegan, ya que por ahora lo que importa es ganar la plaza, el posesionarse utilizando la ignorancia que junto al dinero otorga un poder que raya en lo ridículo, como ahora se puede observar a los seguidores de Raúl Sifuentes (“El Cerrajero”) por aquello de que es bueno para abrir o romper candados con dinero al por mayor inventando leyecitas con firmas, como secretario de Gobierno las pudo haber llevado a cabo, ¿por qué hasta ahora?, lo mismo con los otros y sus propuestas.
La campaña comenzó dentro de una precampaña sin simulación descarada y burlesca para el pueblo por el dinero que tiran al aire mientras miles de niños coahuilenses toman clases en casas de cartón y los servicios en las instituciones médicas dejan mucho qué desear, mientras los jefes de IEPCC y el mismo IFE hacen alusión a los artículos y agregados de una Ley Electoral que nació muerta para unos (los del PRI) mientras para otros “partidillos”, es la afilada espada salomónica de nuestra democra-justicia trasnochada aún en transición.
Y para no variar en nuestro entorno, un connotado político de esos que tienen muchos años viviendo del pueblo, al dar un consejo a sus correligionarios: “miren jóvenes lo que importa es ganar la plaza, ya después veremos qué hacer con y en ella”; con este miserable criterio de nuestros ex gobernantes qué podemos esperar de los que apenas comienzan en estos vericuetos políticos.
Sólo nos basta recordar mis tres tristes lectores que en México en pleno siglo XXI aún se usa la regla de gobernar con la Ley del menor esfuerzo.
¡Cuidado!, ciudadano no dejes que cualquier mequetrefe tome o se meta en tu plaza, porque después... ¡para que los saques¡, ¡ah, cómo esta pelón!
Y si no lo crees sólo mira el panorama desolador en que permanece tu país, tu estado y tu municipio. Y ni modo de culpar a otros, si son los mismos políticos de siempre, ¿o no?
Recuerda: quien hace las leyes es quien ya está preparado para violarlas, usa tu corazón, tu mente y reflexiona sobre este panorama que nos tocó vivir y sólo la verdad nos hará libres...
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