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¿Lodazales o polvos del tiempo?/Del tintero

Fidencio Treviño Maldonado

La flaca memoria de los mexicanos es aprovechada por muchos inefables políticos ahora convertidos en inquisidores del sistema panista. El antiguo régimen priista que duró muchas décadas es remisible sólo a 35 años y con eso basta y sobra.

Tiempos éstos en que se reabre la Guerra Sucia, el Halconazo (Jueves de Corpus), la noche de Tlatelolco, es y se hace necesario por salud nacional curar muchas heridas que aún ni siquiera han comenzado a cicatrizar, el caso del vado Aguas Blancas y la Masacre de Acteal (47 muertos, mujeres y niños en su mayoría) y de refilón las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez Chihuahua, el asesinato de Luis Donaldo Colosio, el de José Francisco Ruiz Massieu, del cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.

Y desde luego algo por lo que los mexicanos cada año, cada mes, cada semana y cada día estamos pagando sin deberla que es el megafraude llamado Fobaproa (Fondo Bancario de Protección al Ahorro), al que su servidor le nombra Robaproa, un robo a la nación, un usufructo envilecido con la complicidad de muchos funcionarios que escondieron en su tiempo y aún ahora cobijan bajo su chaleco y tutela a los culpables que olímpicamente se pasean en el Jet Set, cual brillantes mariposillas en un campo de amapolas.

La Matanza del 68, con Días Ordaz sólo quedó con el discurso de salvaguardar a la nación, una patria que nos contempla orgullosa de sus defensores, con redobles de tambores y clarines sonantes y la frase más decadente y retórica impuesta por la cúpula priista: “la historia será el mejor juez”, dicho esto siempre con el ceño fruncido, dándole al semblante un aire grave y acentuando las sílabas con la fuerza que dan los dientes apretados.

Con el Jueves de Corpus en el 71, un Luis Echeverría que no conforme con esta matanza siguió con la Guerra Sucia contra quien tuviera el infortunio de parecer enemigo a la nación (al sistema), cientos de jóvenes desaparecidos inventándoles un nuevo código llamado en su tiempo “disolución social”.

Justicia la nuestra que llega un poco tarde, más de 30 años, una burocracia que soslaya a los ciudadanos que según parece perdimos la memoria, haciéndonos creer y recordar que siempre se atribuye el fracaso del sistema al régimen en turno y que como están las cosas en el país, así conviene a la clase gobernante no importando el color del partido que ocupe el trono.

Si en nuestro país la justicia fuera rasante y expedita ahora tendríamos un escenario político radicalmente distinto.

De nada le sirve al pueblo saber que en México los gobernantes anteriores fueron represores y asesinos si éstos (los funcionarios públicos) andan sueltos y nunca tocados por las garras de la justicia, de nada sirve saber que los Fernández, Los “Divinos” Rodríguez, los Cabal Peniche, etcétera, ahora son hombres de negocios gracias a los fraudes del Robaproa y sólo en la coyoteada de la venta de bancos se llevaron millones de dólares.

Tener una información privilegiada cuando el peso iba a ser devaluado para los grupos más cercanos con el ministro de Finanzas era llevar pingües ganancias a sus bolsas o pago por derecho a información, quien diga y piense que en la Revolución (1910-1920) hubo traiciones entre los protagonistas, Francisco Villa, Emiliano Zapata, Venustiano Carranza, Álvaro Obregón, Victoriano Huerta, Plutarco Elías Calles, etcétera, tiene razón sólo que las circunstancias y los tiempos fueron otros y ésos sí que fueron polvos de otros tiempos, comparados con los de ahora, en los que nuestros bien pagados funcionarios navegan en pantanos cenagosos y en sus tranzas siempre hay un gran lodazal...

Por el bien de todos, de la nación misma es justo no sólo desenmascarar a los defraudadores y asesinos de los no tan antiguos regímenes, sino aplicarles un castigo justo y acorde con los delitos...

El pueblo no tiene porqué pagar deudas como el Robaproa, lo que se debe hacer es recuperar ese dinero que son millonadas de pesos, dinero que sólo sirvió para hacer más rica a la de por sí ya clase millonaria en este país, lleno de miserables y pobres.

La Suprema Corte de Justicia de la Nación parece ser que ya tomó cartas en el asunto, sólo nos queda esperar si la declaración no se invalida, porque al parecer quieren darle “carpetazo” y que el pueblo siga pagando una deuda que es impagable y lo peor no es asunto del pueblo sino de unos cuantos vivillos y no olviden mis tres tristes lectores que poderosos señor es don dinero y los integrantes de nuestra Suprema Corte de Justicia de la Nación también son humanos y la carne es débil y con respecto a la Guerra Sucia, parece ser también que Luis Echeverría, Moya Palencia, Nazar Haro, Alejandro Straffon, Jorge Bustos y Luis de la Barreda ya fueron aprehendidos o al menos notificados...

Bueno por algo se empieza y si comenzamos a limpiar las botas, zapatos y cuellos de camisa de seda de tanto lodazal, tal vez se disipen algunos polvos del tiempo...

Correo-e: linga_1031@hotmail.com

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