“Seamos realistas: pidamos lo imposible”.
Anónimo
seamos realistas. Ya hay en lo fundamental una definición de quiénes serán los candidatos de los tres principales partidos a la Presidencia de la República para 2006. Se trata de Santiago Creel por el PAN, de Andrés Manuel López Obrador por el PRD y de Roberto Madrazo por el PRI.
¿Significa esto que no podrá ya haber cambios en esta alineación? ¿Estamos condenados necesariamente a estos tres? Por supuesto que no. Mil cosas pueden ocurrir de aquí al año 2006 que modificarían estas candidaturas. Para empezar, cada uno de estos aspirantes tiene rivales internos poderosos que buscarán hacer todo lo posible para descarrilarlos. Podría haber procesos legales que inhabilitaran a alguno, especialmente a López Obrador. Pero si fuéramos apostadores, lo más seguro es que pondríamos nuestro dinero en la posibilidad de que éstos tres fueran los candidatos. Los momios así lo sugieren.
Lo que realmente inquieta no es que ellos sean los probables candidatos sino que de esos tres seguramente surgirá el próximo presidente de la República. Creel, López Obrador o Madrazo: ¿cuál le gustaría a usted para próximo presidente de la República? Mucha gente que yo conozco, cuando escucha las opciones que realmente tenemos, mueve la cabeza y dice “ninguno”. El único que realmente genera entusiasmo entre sus seguidores es López Obrador.
Creel tiene un voto importante a favor, el del actual presidente Vicente Fox. Esto lo sugiere la manera en que dentro del PAN se le ha venido despejando el camino al actual secretario de Gobernación. Felipe Calderón fue retirado de la plataforma que significa ocupar una secretaría de Estado. A Carlos Medina se le pidió que buscara la Presidencia Nacional del PAN y no la de la República. Luis Ernesto Derbez obtuvo, a su vez, la encomienda de buscar la Secretaría General de la OEA. A Josefina Vázquez Mota, al parecer, se le recomendó postularse para el Distrito Federal y no para la Presidencia.
En otros tiempos el apoyo presidencial era el factor fundamental. Hoy las cosas son diferentes, pero eso no significa que no tenga peso el respaldo de un presidente. Quizá el problema más serio de Creel es la imagen de falta de decisión en la confrontación con los activistas de San Salvador Atenco. ¿En verdad queremos a un presidente que se espante cuando un grupo de manifestantes le saca machetes?
Andrés Manuel López Obrador ocupa el primer lugar en las encuestas. Si no se le inhabilita, sin duda estará peleando palmo a palmo la Presidencia en julio de 2006. La precandidatura de Cuauhtémoc Cárdenas tiene muy escasas probabilidades de prosperar, a menos de que López Obrador quede inhabilitado. El gran problema de López Obrador es cómo traduce su popularidad personal en un porcentaje suficiente de votos para triunfar en la elección a pesar de que su partido carece de estructura política en muchos estados del país, especialmente en el Norte.
Roberto Madrazo encabeza las encuestas entre los posibles candidatos del PRI, pero es también el que genera el voto negativo más fuerte: el número de mexicanos que nunca votaría por él es muy superior al de López Obrador o Creel. Todos los demás aspirantes a la candidatura dentro del PRI, por otra parte, se han unido en contra suya. Esta acción conjunta en contra de un aspirante podría resultar en la división del PRI. Se están acumulando los agravios en el partido. Los priistas están dejando de pensar como miembros de un mismo equipo que deben trabajar al unísono para recuperar la Presidencia. Y para que Madrazo pueda triunfar, necesita un PRI unido.
Falta aún mucho tiempo para las elecciones del dos julio de 2006, pero la campaña ya ha empezado. Cada uno de los posibles candidatos la está llevando a cabo a su manera. Lo preocupante es que las patadas debajo del agua están dominando el escenario. Nadie parece estarle dedicando tiempo a la discusión de los temas fundamentales para el país. Conocemos las personalidades de los candidatos, pero no lo que harían desde Los Pinos.
Nadie que sea presidente, por otra parte, tendrá mayoría en el Congreso. Esto significa que para hacer reformas los partidos deberían estar pensando en cómo montar alianzas legislativas. Pero tampoco nadie se está preocupando de eso. Nuestros políticos siguen actuando como si la Presidencia imperial siguiera viva.
HIDALGO
Al final la elección de Hidalgo concluyó como se esperaba: con un triunfo amplio del candidato priista, Miguel Osorio Chong, y con una protesta del PRD, que postuló al ex priista José Guadarrama, por supuestas irregularidades electorales. Las protestas no prosperarán; y el PRD tendrá que considerar nuevamente por qué postuló a un político tan estrechamente relacionado con el PRI de la vieja escuela.
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