“Si no se suman, los dedos nunca adquirirán la eficacia
y fuerza de un puño”.
Estamos presenciando en México una serie de pugnas internas en los tres partidos políticos más grandes; a esto no escapa nadie, pero es interesante analizar cómo los grupos que se disputan el poder de decisión sobre las candidaturas presidenciales están actuando de manera diferente en cada caso. En el PRI, Roberto Madrazo tiene el control de los principales órganos de decisión interna, del CEN (salvo la secretaría general de Elba Esther Gordillo), de varios gobernadores y de la mayoría de los comités directivos estatales. Asimismo, goza del apoyo de la fracción priista en la Cámara de Diputados federal y ha logrado atraer a su lado a antiguos rivales, como María de los Ángeles Moreno y Beatriz Paredes, por ejemplo. Roberto Madrazo es, para efectos de esta reflexión, el “puño del PRI”.
Lo anterior quiere decir que representa hacia el interior de su grupo la fuerza hegemónica, compacta y cerrada. Fuerza que está determinada por un solo fin: llevarlo a la candidatura presidencial. Frente a Madrazo ha surgido una alianza entre varios priistas, la mayoría gobernadores y el líder de la fracción en el Senado, a la que la prensa se refiere graciosamente como el grupo Tucom (Todos unidos contra Madrazo). Esos militantes, gobernadores y líderes partidistas, han anunciado que se pondrán de acuerdo para elegir a uno solo de ellos como el precandidato que le dispute a Madrazo la candidatura del PRI a la Presidencia de la República. Hoy dicho grupo, para efecto de este análisis, es “los dedos del PRI”.
La diferencia entre puño y dedos es obvia. Falta que éstos efectivamente se cierren en una firme unidad para convertirse en puño y entonces sí, estar en una condición de igualdad en la lucha por la candidatura presidencial. Esa es la profunda duda que tengo sobre el futuro de la alianza democrática.
¿Cuáles serán los acuerdos y las reglas que den como resultado la selección de un solo precandidato sin provocar la ruptura del grupo? ¿Están todos los integrantes del llamado Tucom unidos en una corriente ideológica y programática para construir una opción política que convenza y venza en 2006 o el único móvil de cada uno de sus integrantes es lograr la precandidatura del PRI? ¿Se enfriarán los ánimos de todos los aspirantes que no obtengan la precandidatura o apoyarán con el mismo brío al compañero elegido para encabezar esa lucha? Si entre la alianza democrática hay fines y objetivos superiores, que logren mantener la unidad del grupo y generar en consecuencia el compromiso y la pasión por trabajar alrededor de uno solo de sus integrantes, podremos ver en el PRI una sana contienda interna de impredecibles resultados.
Si, por lo contrario, cada uno de los integrantes de ese grupo solamente espera “sacar agua para su molino”, los actuales “dedos del PRI” , jamás serán “puño” y por lo mismo, no podrán generar la fuerza necesaria para competirle a Madrazo la candidatura. ¿Usted a qué le apuesta?
En otro partido político (el PAN) parece haber un grupo de dedos con acuerdos más avanzados. El Madrazo del PAN es el secretario de Gobernación, Santiago Creel. Él representa la candidatura más fuerte. Es el “puño del PAN” (curiosamente ninguno de los dos ha reconocido con apertura y naturalidad lo que todo mundo sabe: que trabajan con una sola idea fija en la mente y que esa idea es la ser candidato a la Presidencia).
Pero los “dedos del PAN”, lejos de estar disputándose la candidatura entre ellos, han empezado a trabajar en fortalecer un “nuevo puño” . Así, con la renuncia de Carlos Medina Plascencia a sus aspiraciones presidenciales, Felipe Calderón logra un aliado de primer orden que apoyará la construcción de su proyecto, dentro de su partido, si es que logra ser el dirigente blanquiazul. Esa decisión muestra una visión estratégica que seguramente construirá una fuerza competitiva para resolver la disputa por la candidatura.
Finalmente, en el PRD parece haberse levantado un puño frente al otro. El legendario luchador por la democracia y eje creador del PRD inició ya una disputa por la candidatura al primer miembro de dicho partido que cuenta con posibilidades reales de triunfar en una elección presidencial.
Se antoja difícil que el ingeniero descarrile la candidatura de Andrés Manuel López Obrador, pero resulta curioso el respeto y la consideración con que este último se refirió a su rival al ser cuestionado por la prensa sobre el tema.
Todo indica que López Obrador no confrontará su puño frente a Cuauhtémoc Cárdenas, sino que lo abrirá para ofrecer una mano conciliadora y no abrir una pugna insalvable en el PRD. Así, tres partidos, más personajes y diversas actitudes van a determinar no sólo quién llegue a las candidaturas sino en qué estado queden sus partidos para la madre de todas las batallas.