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Nueva York, EU.- Los niños fueron las principales víctimas en un año sin precedentes por la sucesión de desastres humanitarios, afirma Unicef en un informe sobre la recuperación en la zona asiática afectada por el tsunami de 2004.
El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef, por sus siglas en inglés) asegura que 2005 ha sido para la población infantil un año de emergencias “sin precedentes”, ya que a las catástrofes naturales se han unido crisis alimentarias y conflictos armados que han quebrado la estructura vital de decenas de millones de personas.
“Ha sido un año muy difícil para la infancia”, declaró Susan Lagana, miembro del departamento de Comunicación de Unicef en Nueva York, que reconoció que 2005 ha supuesto “un gran reto para la organización”.
Doce países sufrieron la devastación del poderoso tsunami ocurrido en el océano Índico el 26 de diciembre de 2004, que provocó la pérdida de más de 300 mil vidas humanas.
Unicef estima que más de una tercera parte de las víctimas fue de niños y muchos más debieron afrontar las consecuencias de quedarse huérfanos, sin hogar o traumatizados por la experiencia.
En la región de Dafur (oeste de Sudán), la malnutrición se extiende a sectores de población que hasta hace poco no se veía afectada por ello y la organización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) trata de atender las necesidades de 1.5 millones de niños en esa zona.
Los huracanes que asolaron en los recientes meses estados sureños de Estados Unidos y también Centroamérica causaron numerosas víctimas mortales y decenas de miles de desplazados y dejaron a más de 300 mil personas en esa última región pendientes de la ayuda alimenticia internacional.
Por último, un intenso terremoto acabó con la vida en octubre de unas 73 mil personas en Pakistán y dejó sin hogar a 3.3 millones de personas, de los que alrededor de la mitad son niños, según Unicef.