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ALBERTO ALLEGRE FAMILIAR

Alberto Allegre Familiar, acaso sea el más torreonés de los torreoneses vivientes. Esto porque nació, nada menos, que en la esquina que, por muchos años, fue el corazón del centro de Torreón: la de Hidalgo y Valdés Carrillo. En 1920, cuando allí vino al mundo lagunero el que años después sería, para todos, el ingeniero Allegre, en esa esquina se levantaba el domicilio particular de sus padres: don Alberto Allegre y doña Ana María Familiar. Pocos años después, poquísimos por cierto, aquel sitio se convirtió en lo que sería, por muchos años, uno de los almacenes de ropa y novedades más conocidos en la Comarca, y más que por su nombre por el de su dueño: don Luis Espejo, que los laguneros convirtieron en ?Casa Espejo?, pero, ésa es otra historia.

Don Alberto, francés de nacimiento y padre de nuestro ingeniero Allegre tuvo aquí una tienda que estuvo ubicada primero, por la calle Cepeda entre las avenidas Juárez e Hidalgo y, al final, por la Ramos Arizpe, entre las avenidas Hidalgo e Iturbide, hoy Venustiano Carranza.

Doña Ana, su madre, era queretana, de ese Querétaro que, por mucho tiempo fuera la capital cultural del Bajío y cuyas glorias cantara ya en 1680 Carlos Siguenza y Góngora. De 1935 a 1939 Ramón Rodríguez Familiar, primo de ella, y por lo tanto tío del ingeniero Allegre, fue Gobernador Constitucional de aquella ciudad.

En sus primeros seis años de vida tuvo la suerte de que don Nazario Ortiz Garza se ocupara en dos períodos municipales de transformar esta ciudad y la hizo de tal manera que un día el ingeniero Allegre la prefiriera a la Ciudad de México para vivir.

Cuando llegó el momento de que comenzara su instrucción primaria, su primero y segundo año los cursó, querido y consentidón que estaba, con las señoritas Valles, en privado. Para cursar tercero y siguientes lo enviaron a la capital del país inscribiéndolo como interno en el Colegio San Borja.

Algo ocurrió al principio de la década de los treinta, el cambio de talón oro a talón plata, o algo por el estilo, cosas de nuestra economía que afectó los negocios del jefe de la familia Allegre, la cuestión es que el hoy ingeniero tuvo que abandonar San Borja y la capital para volver a Torreón a tiempo de matricularse en el Colegio Modelo donde terminó sus estudios primarios.

Terminados aquellos años los estudios de secundaria los hizo en la Escuela Preparatoria de La Laguna fundada por el licenciado José María del Bosque.

Y luego se fue a la Ciudad de México. En esta ocasión al Politécnico. Los tiempos le habían cambiado, pero, haciendo honor a sus apellidos era Allegre, por parte de padre, es decir, ágil de mente, vivo y, sobre todo bien dispuesto hacia lo que la vida le trajera, y Familiar por parte de madre, inclinado al trato llano y sin ceremonia por lo que fácilmente hacía amistades. Con tales armas llegó, pues, al Politécnico, avanzó en sus estudios hasta el grado de ilusionarse con la carrera de Técnico Electricista que, por aquellos tiempos muchos eran los que la escogían (recordemos a Armando Martín Borque, que era lo que quería ser). Pero, su destino lo quería en mayores campos y otras alturas y por eso, ¿por qué otra cosa?, vino lo de su expulsión. ¡Ah, sí, porque de lo de la mecánica, lo expulsaron! El motivo les parecerá increíble a los estudiantes actuales, pero, ¡así éramos los del 98!, como decía en su tiempo el lusitano Eca de Queiroz o, entre nosotros los de los treinta y tantos como dirían aquellos profesores y estudiantes. La cuestión es que, por lo de su apellido, y Alberto, entonces, no necesitaba más, dejó su sombrero al centro del gran patio. Todos comenzaron a preguntarse de quién sería, y con qué objeto estaba allí como montera de torero al centro de la plaza. Lo malo fue que los profesores también se lo preguntaron y llevaron su investigación hasta dar con el dueño del sombrerito aquél, ¡y vámonos a la expulsión! Y entonces no había de otra, el que mandaba, mandaba. No como ahora.

Pero, lo habían expulsado de aquella carrera, no del Politécnico. Así que, lo que realmente pasó fue que su destino comenzó a cumplirse, pues se inscribió en la carrera de Ingeniería Civil. Y allí comenzó a nacer el ingeniero Allegre como le llaman unos y Allegre Familiar como le llaman otros, y esto no se crea que es cualquier cosa, porque alguna vez el ingeniero Tomás Ocampo me decía que lo único que le disgustaba de su carrera era que le hacía perder su apellido, pues todos le llamaban por su profesión.

El primer trabajo de que el ingeniero Allegre se responsabilizó siendo todavía estudiante fue una casa que le encargó su pariente Carlos Familiar. No obtuvo ganancia, pero, ¿qué tal experiencia?

En 1943, todavía como pasante se fue a El Mante donde permaneció dos años como subcontratista de obra civil tanto allí como en Xicoténcatl.

A Torreón llegó en 1945 y su arribo coincidió con el momento en que el arquitecto Jerónimo Gómez Robleda iniciaba las obras de urbanización del fraccionamiento de Torreón Jardín de las cuales fue nombrado director. Aquí, como buen creyente, el ingeniero Allegre advierte: ?Dios ha sido muy bueno conmigo siempre?, y luego, suspirando y recordando el Torreón de aquellos tiempos, sólo dice: ?Era muy bonito. La Morelos (aquella Morelos de don Nazario) era muy hermosa... y las muchachas, ¡no!; había muchachas muy guapas en Torreón, muuucho muuuy guapas...?.

Interviene Lupita, su esposa:

?-Yo tenía trece años entonces...?.

?-Sí, si no, no te pesco...?.

?-Sí, pero de todas maneras, él ya venía comprometido, pedido y dado, ¿a poco no??.

?-Yo tenía una novia en México; pero, de todas maneras, aquí tenía una que otra noviecita...?.

Cuando el ingeniero Allegre conoció a Carmen y Julia Pámanes un buen día ellas lo invitaron a ir a Monterrey a recoger a Lupita del internado del Sagrado Corazón y luego pasarse todos unos días en Nueva York. Lupita les platicó de ellos a sus condiscípulas, que esperaban ver llegar si no a un charro a un hombre de campo, así que todas se quedaron sorprendidas al ver a un hombre guapo que les doblaba la edad; pero también el ingeniero Allegre se llevó su sorpresa al ver a Lupita, de quien por el camino pensaba que más tarde podría presentársela a su hermano Raúl, y que Dios dijera la última palabra, pero, cuando la vio y la trató en esos quince días neoyorkinos que siguieron, cambió de idea, diciéndose a sí mismo: Qué Raúl ni qué Raúl, por muy hermano mío que sea: Si Dios me trajo hasta acá para conocerla es que, ella es para mí, y con ello comenzaron días inolvidables de amistad, de noviazgo que perduran en su matrimonio. Uno de ellos fue el haber ido a bailar, entonces, en el Waldorf Astoria con la orquesta de Xavier Cugat, y ya de regreso a Torreón, el cortejo estuvo lleno de finezas, regalos y aquellos gallos musicales que ambos siguen recordando.

Se casaron el medio día del 30 de agosto de 1952, así que en ese mes de este año cumplirán sus Bodas de Oro de felicidad. Sus hijos han sido cinco: Ana Paula, Alberto, Jaime, Javier y Daniela.

Siguiendo con lo de sus obras, que nos quedamos en lo que hizo llegando, llegando a Torreón, que le ocupó los años 46 al 48, luego fue jefe de ingeniería sanitaria de los Servicios Médicos Ejidales de la Comarca Lagunera de 1949 al 51, responsable de ingeniería sanitaria de la Unidad de Salubridad y Asistencia, Secretaría de Salubridad en Torreón, en el mismo 51, asesor técnico del C. Secretario de Marina en 1952, director de Obras Públicas Municipales en Torreón, Coah., durante 1953/4, asesor del C. Gobernador del Estado de Coahuila, con función de subdirector de Obras Públicas del Estado del 55 al 57.

A partir de 1958 es contratista, como persona física o presidente de empresas para el Banco Agrario de La Laguna, para el Banco Nacional Hipotecario Urbano y de Obras Públicas, para la Comisión Constructora, para la Comisión Nacional de Electricidad, para el Ferrocarril Chihuahua-Pacífico, para los Ferrocarriles Nacionales de México, para la Lotería Nacional, para la Secretaría de Agricultura y Recursos Hidráulicos, para la Secretaría de Defensa, para Petróleos Mexicanos y un interminable etcétera.

Es además, desde 1978, presidente de BOSNOR dedicada principalmente a la fabricación de plataformas marinas metálicas, plantas industriales petroquímicas y de refinación, terminales de distribución, etc., para la industria privada y Petróleos Mexicanos.

BOSNOR es filial de BOUYGUES OFFSHORE, integrante del grupo BOUYGUES, de las constructoras más grandes a nivel mundial, con sede en Saint Quentin Yvelines, Francia.

Es director de TV Azteca Laguna (PROMOTELE) en Torreón, y Presidente de Alfa Construcciones, S.A. de C.V. constructora que fundara en 1971.

Entre las obras que siente le dan una verdadera satisfacción, confianza, tranquilidad y agrado de haber hecho están la Planta Pasteurizadora de La Laguna (LALA), en Torreón y en México. El Instituto Tecnológico Regional de La Laguna en Torreón, Coah. Cine Torreón.

El edificio de la Lotería Nacional.

La cimentación profunda (segunda en México) y las estructuras en concreto en el D.F.

El edificio habitacional en Villa Olímpica en Coapa, D.F.

El edificio para estacionamiento La Prensa en el D.F.

La presa El Conejo en Guanajuato.

El dragado marino en Dos Bocas, canal de llamada y dársena interior, Tabasco.

Los muelles para barcos petroleros en Matanzas, Cuba.

Las plataformas metálicas petroleras para la zona de Campeche durante 22 años.

Este hombre singular por su admirable manejo del tiempo, se lo da, inclusive, para organizar cosas como participar en un descenso por el Río Balsas, junto con Jorge Ayala y Malagón Muñoz que hicieron en 1938, habiendo sido los primeros en recorrerlo.

Fue y sigue siendo promotor de la Asociación de Charros en Torreón.

Junto con el ingeniero Benjamín Ortega Cantero, ideó y organizó la Regata Río Nazas en la que participó personalmente.

Ya imaginarán ustedes que una vida tan activa y diversa como la del ingeniero Allegre no puede pasar inadvertida, de tal manera que ha sido honrada oportunamente con diferentes distinciones. Algunas de ellas han sido: Espuela de Plata de la Federación Nacional de Charros; Nombramiento de Visitante Distinguido por el R. Ayuntamiento de Veracruz, Ver.; Reconocimiento del Grupo Bouygues, París, Francia; Distinción Impulsores de Coahuila, Gobierno del Estado de Coahuila; y docenas de nombramientos honorarios como consejero o presidente de las más conspicuas asociaciones de ingeniería, de la industria de la construcción, de cámaras y otras organizaciones empresariales y consultivas.

Ha logrado lo que no todos los fundadores de empresas logran: saber que cuando él falte, en la suya todo seguirá adelante, pues sus hijos varones por su propia decisión siguieron la misma carrera de ingeniería civil que él hizo, se recibieron con honores y desde hace años participan en ella, como si fuera una aula exclusiva donde el mejor maestro les dirige frente a la realidad de los negocios, las aspiraciones y la vida.

Al despedirnos, el ingeniero Allegre, me lo dijo: ?Si volviera a nacer, sólo quisiera volver a vivir la vida que viví y la que seguiré viviendo mientras Dios me lo permita?. Palabras que dichas por uno de LOS NUESTROS incluyen el amor que siente por su ciudad, y que han venido haciendo, a través del tiempo, gente como él.

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