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Los nuevos destinos de la iglesia

Martha Chapa

La noticia del deceso de Juan Pablo II, aunque esperada por el agravamiento de sus enfermedades, consternó al mundo entero, pues su Pontificado entrañó la visita a muchos países del planeta. Nunca antes el máximo representante de la Iglesia Católica había viajado a tantos lugares y se había comunicado en forma directa con tantos millones de seres humanos.

El Papa ha muerto, y con independencia de los rituales y exequias correspondientes a su alta investidura, según los cánones de la Iglesia, ya se mencionan posibles sucesores.

El de Juan Pablo II fue un largo Pontificado que gravitó en tres vertientes básicas: el regreso de las libertades individuales en el campo comunista, la reducción a las corrientes de la teología de la liberación y el fortalecimiento del catolicismo latinoamericano.

Entre sus saldos pendientes sin duda deben incluirse dos básicamente: el papel de la mujer en la Iglesia y el respeto a sus derechos plenos, y una posición más avanzada socialmente en cuanto a la pobreza en el mundo.

Ahora que se reúnen los cardenales para decidir quién será el nuevo Papa, sin duda contará mucho el rumbo que quieren dar a la Iglesia. Es decir, que en realidad primero definirán las tendencias doctrinales e ideológicas, y luego el nombre del sucesor. O visto de otra manera, en el momento de elegir al hombre, se estará eligiendo el destino de la institución religiosa más importante (y rica, sin duda) del mundo, y por ende en buena medida la suerte de miles de millones de seres humanos.

Se dice que en la carrera sucesoria van punteando los moderados y los europeos, pero aún falta camino por recorrer, además de que al parecer no se quiere un Papado tan extenso como el de Juan Pablo II.

Quien sea electo tendrá sin duda que enfrentar cuestiones que estremecen al mundo actual, como el terrorismo y la confrontación bélica en el Oriente Medio, pero también el fenómeno de la globalización y sus efectos negativos, la concentración de la riqueza, el armamentismo nuclear y otras cuestiones no menos importantes como los derechos humanos, el aborto y la eutanasia.

En breve sabremos qué quiere la Iglesia, qué nos propone, qué expectativas debemos formularnos y, lo más importante, si después del largo periodo conservador y tradicionalista de Juan Pablo II, comenzará a responder a los verdaderos problemas de nuestro tiempo y conservará su liderazgo frente a otras religiones y creencias.

e mail: enlachapa@prodigy.net.mx

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