A sus 78 años, Raymundo vende paletas para mantenerse y ayudar a sus cuatro nietos
El Siglo de Durango
Sus pasos son muy lentos. Apenas y puede moverse. A los 78 años ya no se tiene el vigor de antaño. Sin embargo, su situación no le impide salir todos los días a ganarse aunque sea unas cuantas monedas y así, suplir sus necesidades básicas y también las de sus seres queridos.
Raimundo Moreno vende paletas de hielo por el centro de la ciudad sin importar el clima. Lo mismo sale con días soleados que cuando hace frío o llueve.
En realidad ofrece poca mercancía y es que dice, casi no se vende. Además, la competencia es mucha y los otros, se trasladan más rápido. Es un factor que tiene en su contra.
Dice que es difícil andar por la calle en esa situación, ya que para caminar utiliza dos bastones. Cuando trabaja siempre está aferrado a su carrito de paletas. Pero no hay opción. Tiene que ganar dinero para subsistir.
Platica que tiene tres hijos. Uno de ellos está preso en el Centro de Readaptación Social (Cereso) ubicado en la capital del Estado pues debido a su adicción a las drogas sufrió serios trastornos en su salud mental. Y al ser provocado por algunos contrincantes, con una pluma le picó un ojo a su adversario dejándolo ciego. Por eso lo procesaron.
Otro de sus hijos es casado pero en realidad, no implica un apoyo. Aunque viven en la misma casa su vástago no contribuye al gasto familiar y se desatiende de su propia descendencia. Por eso, prácticamente él se hace cargo de sus cuatro nietos.
Comenta que los pleitos con su cónyuge son permanentes debido a los conflictos generados por sus hijos, ya que a excepción de uno, lo único que le dan son problemas y gastos.
Cuenta que laboró por una década en el Gobierno Municipal y fungía como barrendero y jardinero. Pero su labor se vio interrumpida cuando lo atropellaron. Recuerda que iba muy de mañana a su empleo en su bicicleta, aún estaba oscuro. Confiado en que no venía carro hizo una maniobra y fue atropellado, ya que el conductor no llevaba las luces prendidas.
En el momento, Raimundo no sintió molestias y aunque el automovilista le ofreció llevarlo al médico, no aceptó. Pero después, vinieron las consecuencias. Aun lastimado siguió trabajando hasta que los propios galenos le aconsejaron que se jubilara.
Ya sin una fuente de ingresos fija decidió buscar otra opción, así fue como se convirtió en paletero. Ahora se mantiene con una pensión de mil 500 pesos mensuales y lo que logra recaudar con la venta.
La gente que lo conoce en ocasiones lo ayuda. No falta quien le dé algo. Incluso en una ocasión en la cual estaba a punto de caer un aguacero, alguien se acercó y le regaló un impermeable, de esta forma pudo protegerse.
Señala que tiene una humilde vivienda en la colonia División del Norte. Dice con una sonrisa que piensa que en realidad sólo tiene el terreno, ya que poco le falta para ?ver las estrellas? en el techo mientras está acostado en su cama. Recuenta que ya se la han caído algunas paredes de adobe y que el DIF les hizo entrega de algunas maderas para reparar el daño. Y pese a que le gustaría tener un inmueble mejor, la principal limitante es el dinero.
Narra que es oriundo del Mezquital y que trabajó con los abuelos del ahora Gobernador Ismael Alfredo Hernández Deras, pero no cree que el primer mandatario del Estado se acuerde de él. La dura situación del campo lo instó a venir a la capital hace 40 años, pero la vida ha tenido muchas complicaciones.
Reconoce que ya no están en condiciones de andar de un lado para otro pero es mejor ?que estar en casa haciendo corajes?. Además, la principal preocupación son sus nietos. ?Pobrecitas criaturas?, lamenta y da por terminada la charla, ya que es hora de trabajar.
CONTRADICCIONES
Los ancianitos gozan de varios derechos.
-A la integridad, dignidad y preferencia:
- A una vida con calidad. Es obligación de las Instituciones Públicas, de la comunidad, de la familia y la sociedad, garantizarles el acceso a los programas que tengan por objeto posibilitar el ejercicio de este derecho.
- Al disfrute pleno, sin discriminación ni distinción alguna, de los derechos que ésta y otras leyes consagran.
- A una vida libre sin violencia.
- Al respeto a su integridad física, psicoemocional y sexual.
- A la protección contra toda forma de explotación.
- A recibir protección por parte de la comunidad, la familia y la sociedad, así como de las instituciones federales, estatales y municipales.
-A vivir en entornos seguros dignos y decorosos, que cumplan con sus necesidades y requerimientos y en donde ejerzan libremente sus derechos.
FUENTE: Ley de los Derechos de las Personas Adultas Mayores. Artículo quinto.
