Iba Hu-Ssong con sus discípulos por el camino que subía a la montaña. A todos los peregrinos que alcanzaban les decía el filósofo una palabra amable, y si los veía con sed o hambre compartía con ellos el agua y la comida que llevaba.
Cuando llegaron a la cima uno de los alumnos le preguntó:
-Maestro: ¿por qué fuiste cordial y generoso con todos los que encontramos cuando veníamos por el camino de subida?
Respondió Hu-Ssong:
-Porque puedo volver a hallarlos en el camino de bajada.
El discípulo entendió las palabras de Hu-Ssong: hay que ser bueno cuando vas hacia arriba si quieres que los demás sean buenos contigo cuando vas hacia abajo.
¡Hasta mañana!...