Hoy es Día de la Madre. Ayer también debió ser Día de la Madre. Y Día de la Madre debería ser también mañana. Todos los días han de ser Día de la Madre, porque todos los días ella es la madre de sus hijos.
Los hombres no entendemos el profundo misterio de la maternidad. De ese prodigio somos sólo un instante pasajero. La vida nace y crece en la mujer. Por eso toda mujer es madre, aun las que jamás han dado a luz.
En mi ciudad de niño el 10 de mayo sonaban las campanas de las iglesias a las 12 del mediodía, y se oía el silbato de las locomotoras. Luego sonaba el trueno de un fuerte cohetón, y a esa señal toda la ciudad enmudecía. La gente se detenía en las calles, lo mismo que los automóviles, y se hacía un minuto de silencio por las madres muertas...
Hoy cumpliré ese rito por la mía, aunque en verdad no ha muerto. Vive, como todas las madres, para siempre. No sólo vive en mí, que soy su carne: vive en mi amor, que es su alma.
Hoy es el Día de la Madre... Que todos los días sean para ella.
¡Hasta mañana!...
