Llegó de buenas a primeras y me dijo sin más:
-Soy la razón.
Yo no la conocía, pero la saludé con gran respeto, pues he oído hablar mucho de ella. Le pregunté a qué debía el honor de su visita. Me contestó:
-Suele decir la gente: "Desde que tengo uso de razón...". Y resulta que casi nadie usa de ella. Unos la emplean sólo en algunas ocasiones, y otros -los peores- abusan de la razón que tienen. Diga usted a sus lectores que si tienen uso de razón no digan que tienen uso de razón.
Me desconcertó algo su razonamiento, pero no quise estar fuera de razón y cumplo aquí su encargo. Al hacerlo, creo, actúo razonablemente.
¡Hasta mañana!...