El Padre Soáres charlaba con el Cristo de su iglesia.
-Estás triste, Señor -le dijo-. ¿Qué te sucede?
Muy apesadumbrado le respondió Jesús:
-Hice la eternidad. Puse los astros en el cielo, donde estarán más tiempo que todo el tiempo que el hombre pueda imaginar. A la Tierra le di millones de años de existencia. La misma criatura humana, tan efímera, puede alcanzar un siglo de edad en este mundo... ¡Y sin embargo todavía no puedo conseguir que el espíritu de la Navidad dure más de unos cuantos días!
El Padre Soáres oyó la queja del Señor, y él también se puso triste. ¡Hasta mañana!