En los días álgidos de la confrontación entre los precandidatos priistas, Roberto Madrazo fue contundente al asegurar que el ex gobernador del Estado de México había cosechado fortunas por el desaseo al frente de la Administración estatal; señaló como un punto que ameritaba una explicación satisfactoria, el hecho de que la esposa de Montiel se había convertido en toda una corredora inmobiliaria por el gran número de propiedades a nombre de la familia. El hecho quedó en el aire, ya que actualmente corresponde a las autoridades mexiquenses (a los amigos de Montiel) el realizar la investigación sobre la fortuna del ex aspirante a presidente.
Sin embargo, es el propio Madrazo quien se encuentra en una vitrina y bajo el escrutinio de la opinión pública, precisamente por lo mismo: numerosas y lujosas propiedades. El tabasqueño ya reconoció que es propietario de un penthouse en Miami con un valor cercano al millón de dólares, aunque no explica los procedimientos por medio de los cuales lo adquirió. Pero ese inmueble es sólo la punta del iceberg, ya que hoy se conocen al menos otras seis propiedades del candidato priista a la Presidencia de la República.
A las dos residencias en la delegación Tlalpan y otra más en la delegación Álvaro Obregón, en el Distrito Federal, que en conjunto tendrían un valor superior a los doce millones de pesos, hay que sumar el hecho de que Roberto Madrazo compró (en un solo día) tres departamentos de lujo en las exclusivas Torres Secoyas, en Santa Fe, con valor aproximado a los diez millones de pesos, según consta en el Registro Público de la Propiedad.
En aquellos días ríspidos, Madrazo aseguró que resultaba indispensable que Arturo Montiel explicara en tiempo y forma el origen de su fortuna, la de sus hijos y, por supuesto, la de su esposa. Hoy habría que ponderar que el buen juez por su casa empieza y que Madrazo está obligado exactamente a lo mismo. Lo único claro es que los priistas que se manejan en las esferas más altas del poder público, gustan de amasar fortunas y adquirir numerosos bienes inmuebles y que tarde o temprano, estos gustos son expuestos a la opinión pública, gracias a los particulares usos y costumbres en los pleitos entre hermanos.