Se acercan ya definiciones de los candidatos a la grande por dos de los tres partidos que en realidad tienen algo que decir: PRI, PAN y PRD. Por cierto el Verde ya definió a un tal Bernardo de la Garza, que a lo único que aspira, es a ayudar a la camarilla de ese negocio de familia de los González Torres, en particular al deplorable “Niño Verde”.
Se puede dar por descontado que AMLO será la “opción” de izquierda verdadera, todo aquel que simpatice con esa corriente de Estado, será tentado a depositar su voto por el autodenominado “Rayito de Esperanza” lo único que se observará de aquí al próximo julio, es si López Obrador sigue siendo ese personaje camaleónico y mesiánico, continuando con sus propuestas rancias y anacrónicas o es capaz de presentar una opción moderna y viable, lo que le podría permitir allegarse de los votos de miles de indecisos que ven en el ex jefe de Gobierno del Distrito Federal, un reaccionario peligroso para la estabilidad.
La cosa en el partido gobernante, el PAN, parece definida. La candidatura está también decidida aparentemente; Felipe Calderón será su abanderado, para sorpresa de todos los pronósticos que daban por descontado que Santiago Creel accedería a la postulación, basado en las encuestas de preferencias (que en los últimos meses no le daban más allá que un distante tercer lugar respecto a los otros partidos, pero el mejor albiazul colocado, hay que decirlo) y por supuesto, en ser el delfín del alicaído Vicente Fox Quesada, que parece que como presidente, lo único que desea es terminar.
El problema verdadero está en el PRI, ¿y por qué en el PRI? Sencillamente porque es el rival a vencer en las elecciones del verano entrante para presidente de la República para el periodo 2006-2012. Nadie puede rebatir el reposicionamiento que ha tenido el septuagenario partido político en el mapa electoral. Guste o no, Roberto Madrazo Pintado, ha llevado a su tricolor a arrollar prácticamente a los panistas en casi todos lados, mientras el PRD confirma su presencia en el Distrito Federal, principalmente.
Decimos problema porque la caballada priista no es precisamente lo mejor que hay en ese instituto político. Arturo Montiel acaba de ser ventilado por algunos “pecadillos” de su familia. Sería muy ingenuo quien crea que un depósito de 35 millones de pesos en efectivo tiene origen lícito. Dadas las cosas, Roberto Madrazo se encargó de dar la puntilla contra su contrincante interno, para que se le facilitara su ruta hacia Los Pinos, haciendo gala de todo su talento político en entrevista televisiva donde dejó más que claro que Montiel no es confiable. Es una pena que el Tucom haya designado al ex gobernador del Estado de México, porque de todos, fue quien tenía ese antecedente turbio, que a la postre se cristalizó por la filtración a los medios de comunicación de los negocios de su familia.
Por eso el problema es que no encuentro por dónde algo pueda impedir al PRI retornar al poder, vía aquel político que fuera acusado del gran fraude electoral en su natal Tabasco, cuando contendiera por el Gobierno de su estado (precisamente contra Andrés Manuel, quién lo dijera) que fue el mismo que como coyote, rehusara a su palabra para aprobar las reformas estructurales que tan urgentemente México necesita, anteponiendo su interés sobre la nación, aquel mismo que con transa venciera a Beatriz Paredes por la presidencia de su partido, etc.
Entonces ¿qué hacer? ¿resignarse? ¿apostarle a Montiel? La verdad es que los “pre” han mostrado sus miserias políticas y en noviembre, cuando Madrazo sea investido, será el inicio de su casi seguro camino a la silla presidencial, casi se diría que “por la libre”.
