MADRID, ESPAÑA.- La segunda corrida en importancia en la taquilla de la Feria de San Isidro, ayer en Las Ventas, con los dos toreros presumiblemente más caros de la nómina, volvió a irse al garete, por las imposiciones y, lo que es peor, también por las incapacidades de ambos.
Toros del Puerto de San Lorenzo, los cuatro primeros con el hierro de La Ventana del Puerto, desiguales de presencia, flojos, bajos de raza y sosos.
Eulalio López "Zotoluco": estocada desprendida y tres descabellos (silencio tras un aviso); y metisaca en los blandos, estocada corta, pinchazo, estocada y dos descabellos (silencio).
Enrique Ponce: tres pinchazos, y media trasera, tendida y atravesada (silencio tras un aviso); y media atravesada y cuatro descabellos (silencio tras un aviso).
Julián López "El Juli": estocada y dos descabellos (silencio); y pinchazo y estocada (silencio).
Lo de siempre: con las figuras llegó otra vez el escándalo. La tarde estaba perdida de antemano. En los corrillos antes de empezar se hablaba de la escasa presencia del ganado. Después no fue tanto, pero el ambiente estaba ya en contra. Y desde luego, con lo que no se contaba -o quizás sí- era con el absoluto descastamiento de la corrida.
El caso es que "la diversión" estuvo en las protestas del tendido, constantes y algunas muy agrias. Y menos mal que esta vez los pitones estaban aparentemente intactos. Por ahí, nada que objetar. Pero la corrida fue un desaguisado en todos los sentidos. Fallaron los toros como habían previsto los eternos agoreros. Y tampoco los toreros estuvieron muy allá, circunstancia que más de un perverso llegaría a celebrar, pues no son de recibo la moda de hacer ídolos con pies de barro, deseando que se desmoronen si puede ser incluso antes de verlos consolidados. No es el caso desde luego de Ponce y "Juli", los dos todavía bien jóvenes, pero que en lo material podrían estar de vuelta de este tipo de cosas.
De México vino la pretendida primera figura de aquel país, una imposición de Ponce según la rumorología. Mucho se ha censurado esta presencia de "Zotoluco", quien después en el ruedo vino a dar la razón a los criticones. Porque de "Zotoluco" poco se puede decir, si acaso que fue una sombra, o menos. Confuso con el que abrió plaza, toro que iba en la distancia muy corta, pero con el que no se acopló en ningún momento. Frente al descastado y blando cuarto fue poco menos que esperpéntico, sin terminar de ponerse el torero. Cuatro mantazos y a la deriva. De pena lo de este "Zotoluco".
Ponce mató en primer lugar un "novillo" impresentable, lo que le hace todavía más responsable del fiasco que resultó la corrida. Aun así le pegó pases, algunos muy templados y limpios, lo que quiere decir que el mérito estuvo en saber abstraerse de las hostilidades. Claro que tampoco llegó a resolver faena. En el quinto volvió a intentar lo imposible. Un toro que humillaba, pero cabeceando, punteando. Ponce intentó hacer las cosas con verdad, citando de frente y a pies juntos. Hubo muletazos de trazo firme y limpio, y no se diga los de pecho, muy buenos estos últimos. Mas en el conjunto faltó continuidad, obligado a recolocarse mucho.
Del "Juli" vale decir sólo que echó una mala tarde, así de sencillo; porque ni estuvo, ni quiso, ni posiblemente pudo. Sus dos trasteos, sendas sucesiones de enganchones; mala cosa en quien va de primerísima figura.
Ahora que ha pasado la corrida se pregunta la afición si realmente estos son los que van a mandar el resto de la temporada en las plazas y ferias importantes. Sin duda que no. O no debería ser así. Menos mal que queda la esperanza de los Rincón, "El Cid" y algún otro de los jóvenes que tantas expectativas han levantado aunque todavía están por consolidar. "La Fiesta" está, por tanto, a la espera de un líder.