WELLINGTON, NUEVA ZELANDA, (SUN-AEE).- Faltando pocas horas para ingresar a la capilla donde celebraría su matrimonio, una joven novia neozelandesa encontró una mancha de aceite en su vestido y entró en pánico.
Ante semejante situación, no tuvo mejor idea que llamar a la línea de emergencias de la Policía y rogar para que alguien fuera a limpiarle el vestido.
?Debe haber sido muy traumático para ella?, declaró el inspector Kieren Kortegast, quien además comentó que ?le dimos algunos consejos útiles, y dejamos que lo resolviera por su cuenta?.
Preocupado por el incremento de este tipo de llamadas, Kortegast detalló que solamente el diez por ciento de los llamados que reciben son emergencias genuinas.
El problema quizá se deba a que hay gente que se toma muy en serio eso de ?Al servicio de la comunidad?. Como quedó evidenciado no hace mucho tiempo, cuando en Noticias Locas publicamos el caso de una jubilada italiana que había llamado a la Policía para que le arreglaran el televisor.