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México, df.- La cercanía con Estados Unidos ha ocasionado que gran parte de los estados del norte de México sean considerados un punto estratégico para el tráfico de drogas, pero también la zona de mayor enfrentamiento entre organizaciones criminales.
La disputa por lograr el liderazgo y el control de puntos de tráfico de drogas ha amenazado la seguridad de los ciudadanos y ha llevado a las autoridades a establecer un mapa sobre las regiones más difíciles del país.
Datos de la Policía Federal Preventiva (PFP) y de la Procuraduría General de la República (PGR) establecen que los estados del país más conflictivos, por el número de delitos que se cometen son: el Distrito Federal, Estado de México, Tamaulipas, Baja California, Jalisco, Chihuahua, Sonora, Nuevo León, Michoacán.
Se encuentran también Durango, San Luis Potosí, Veracruz, Guanajuato, Puebla, Michoacán, Morelos, Guerrero, Oaxaca y Chiapas.
De acuerdo con las autoridades federales, la ola de violencia que se ha desencadenado en los estados fronterizos tiene como causa principal los recientes programas que se han puesto en marcha para combatir a la delincuencia y que debilitan a las organizaciones criminales y pocas veces afectan a la población.
Según estudios sobre el comportamiento de algunas bandas delictivas en el país revelan el narcotráfico es fuente principal de otros delitos como el “narcomenudeo”, el tráfico de armas, de vehículos, de personas, el lavado de dinero, el secuestro y la “piratería”.
Pero además existen otros del fuero común, como el asalto con y sin violencia, el robo a casa-habitación y el homicidio, que influyen en la percepción de la ciudadanía sobre la inseguridad.
Las autoridades reportan que han detectado que aquellos delincuentes que en un principio se dedicaban al asalto a mano armada, al robo de auto-partes y a comercio o casa-habitación, han modificado su actividad hacia el “narcomenudeo”.
