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MÉXICO, DF.- Marlon Brando, quien marcó un estilo en la cinematografía hollywoodense y se convirtió en líder de una generación por la rebeldía y dureza de sus interpretaciones reflejadas en cintas como Un Tranvía Llamado Deseo, Viva Zapata y Julio César, entre otras, hubiera cumplido años este tres de abril.
Brando nació en 1924 en Omaha, estado de Nebraska (Estados Unidos) y fue el último de tres hermanos: Jocelyn, nacida en 1920, y Frances, en 1923.
Su padre Marlon era un vendedor que más tarde entró a trabajar como ejecutivo en una empresa de productos químicos. Su madre Dorothy Pennebaker era una buena actriz aficionada, que por circunstancias de la vida no llegó a destacar.
De pequeño era travieso, extrovertido, cómico y alegre. A menudo solía llevar a casa cacharros que encontraba hurgando en los montones de basura.
A los 16 años su padre lo internó como cadete en una academia militar llamada Shattuck. Ahí los toques de una campana cada cuarto de hora recordaban a los cadetes sus obligaciones, hasta que una noche Brando, harto de ello, subió al campanario y robó el badajo.
En su juventud se tornó rebelde y pasó por diversos trabajos como conductor de excavadoras. En 1943, cuando tenía 19 años, fue llamado a formar parte de las filas del Ejército, en plena Segunda Guerra Mundial.
Sin embargo, no pasó el examen médico y fue considerado no apto para el servicio militar. Algunos biógrafos señalan que se hizo el perturbado mental y engañó al psiquiatra, pero otros dicen que se debió a una lesión permanente en un cartílago que se produjo jugando al futbol.
A principios de los años 40 decidió irse a la ciudad de Nueva York para estudiar en el Actors Studio, bajo las directrices de Stella Adler y Lee Strasberg.
Previo a los años 60 se había casado ya en dos ocasiones, una con Anna Kashfi (que actuó en Himno de batalla, entre otras) y la segunda con Movita (actriz mexicana vista en La Mujer Soñada), de quien se divorció en 1958.
Por tercera ocasión se casó en 1960 con una muchacha de Tahití llamada Tarita Teriipaia, a quien conoció durante la filmación de El Motín de la Bounty. Dos años después se divorciaron.
Respecto al cine, Brando había ya ganado un Oscar por su participación en La Ley del Silencio, además de ser nominado por Un Tranvía Llamado Deseo, Viva Zapata, Julio César y Sayonara.
Retirado ya del cine en los años ochentas, sorprendió a veces con su regreso, pero generalmente lo hizo con pequeños papeles y en películas que gracias a contar con su presencia tuvieron publicidad extra, como El Novato, Una Árida Estación Blanca o Don Juan de Marco.
Sus hijos le dieron numerosos problemas (suicidios, juicios y asesinatos), que él apaciguó con sus largas estancias en su isla de Tetiaroa, de la Polinesia francesa, situada a sólo 42 kilómetros de Tahití.
Brando, considerado un icono del cine de Hollywood y quien en sus últimos años vivió apartado del mundo en un hotel de Los Ángeles, California, murió el dos de julio de 2004 a los 80 años de edad y sus cenizas fueron esparcidas en Tetiaroa.
ÍDOLO DE ÍDOLOS
Tras protagonizar obras de teatro como I Remember Mama o Un Tranvía Llamado Deseo (bajo la dirección de Elia Kazan) logró dar el salto al cine en Hombres (1950), una película de Fred Zinnemann.
-Brando se convirtió en uno de los ídolos y espejos de otros actores (James Dean y Paul Newman) gracias a sus impresionantes caracterizaciones en películas como Un Tranvía Llamado Deseo (1951); Viva Zapata (1952), y Julio César (1952).
-Participó también en La Ley del Deseo (1954); Desiree (1954); Salvaje (1954); La Casa de Té de la Luna de Agosto (1956); Sayonara (1957); El Baile de los Malditos (1958); Piel de Serpiente (1959) y Ellos y Ellas (1955).
-Brando fue creador de modas que derivaron de los personajes que interpretaba (como por ejemplo la imagen de motero de Salvaje), pero él nunca se encasilló en ellas.
-Los años 60 no fueron tan afortunados en calidad como la década anterior, en los cuales sus películas más destacadas fueron Queimada (1968), de Gillo Pontecorvo y su única película como director, El Rostro Impenetrable (1961).
-También colaboró con el genial Charles Chaplin en La Condesa de Hong-Kong (1967), pero en general su carrera en este tiempo sufrió un claro declive comercial y artístico.
-Los años 70 comenzaron de forma diferente, con su extraordinaria personificación de Don Vito Corleone, en El Padrino (1972), de Francis Ford Coppola, por la que ganó el Oscar.
-Con El Último Tango en París (1973), película que supuso un gran escándalo, el histrión regresó a los titulares.
-Ya menguadas sus apariciones, su breve intervención en la superproducción de Superman (1978) con Jor-El, el padre del héroe le supuso un cuantioso y publicitado contrato.
-Terminó la década de manera espléndida gracias a la película Apocalypse Now (1979), en un nuevo encuentro con Coppola y en la que encarnó al Coronel Kurtz.
FUENTE: Notimex