Con el cambio de la dirigencia nacional del PAN, la esposa de Vicente Fox tomó un segundo aire. Es, de nuevo, figura de primer nivel en el escenario político de nuestro país. Por lo pronto, Marta Sahagún fue incorporada a la Comisión Política Permanente del CEN panista, pero según el líder blanquiazul, Manuel Espino, en el tema del desafuero de Andrés Manuel López Obrador, no tendrá participación alguna.
En el juego de las ambigüedades, en ese que al parecer los principales actores políticos mexicanos consideran que se puede navegar casi indefinidamente, la propia Marta Sahagún descarta buscar la candidatura presidencial, pero aceptó que le han ofrecido contender por el Gobierno del Distrito Federal o por un escaño en el Senado, propuestas que tiene “registradas y apuntadas”.
Quien guste resolver entuertos o descifrar enigmas, encontrará en las palabras de Marta una fuente lúdica a la cual dedicar un par de noches o bien media docena de reuniones entre amigos. Primero, reitera que no existe un cambio de planes, que no busca un cargo de elección popular y que “estoy de acuerdo con el presidente, nos vamos al rancho”, pero luego abre una ventana: “a quién no le gustaría servir a su pueblo; hay circunstancias que después quizá me lleven al camino de valorar algo (posible candidatura)”.
Este nuevo aire de la primera dama fue capitalizado de inmediato por ciertos personajes. Mientras los senadores Diego Fernández de Cevallos y Jorge Zermeño, respaldaron la decisión de su líder nacional, Manuel Espino, para que Marta Sahagún tenga una mayor participación dentro de ese instituto político, el presidente de la Cruz Roja Mexicana, Olegario Vázquez Raña, aseguró que si contendiera por la Presidencia, la apoyaría financieramente, “y la ayudaría más que a Francisco Labastida, candidato del PRI para el mismo cargo en las elecciones de 2000”.
En medio del episodio más ríspido en la relación entre Vicente Fox y Andrés Manuel López Obrador y en ese duelo de pulsos que sostienen los priistas de cara a la definición de la candidatura presidencial, hay que agregar otro elemento para condimentar la escena política: Marta repotenciada.