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BAGDAD, IRAK.- Las autoridades estadounidenses informaron ayer de la muerte de nueve norteamericanos: cinco soldados, un agente de Seguridad de un consulado y tres guardias de Seguridad de una empresa privada.
Con la muerte de los soldados, se elevan a mil 903 las bajas del Ejército de Estados Unidos desde el inicio de la invasión a Irak, en marzo de 2003, al intensificarse los ataques de los insurgentes y aumentar las dificultades políticas del presidente George W. Bush.
Un soldado de la Brigada 18 de la Policía Militar murió ayer al estallar una bomba al costado de una carretera, a 120 kilómetros al norte de la capital, dijo el Ejército, poco después de anunciar la muerte, el lunes, de cuatro soldados asignados al Cuerpo de Infantes de Marina.
Por otra parte, un comando suicida hizo detonar un vehículo cargado de explosivos al paso de una caravana de diplomáticos de Estados Unidos en la ciudad norteña de Mosul. En el ataque del lunes en la noche murieron cuatro estadounidenses y fueron heridos otros dos, dijo ayer un funcionario estadounidense.
Un agente diplomático de Seguridad de Estados Unidos y tres guardias de una empresa de Seguridad privada murieron cuando un atacante suicida estrelló su vehículo contra una camioneta, dijo Peter J. Mitchell, vocero de la embajada de Estados Unidos. Los cuatro habían sido asignados a la oficina regional de Estados Unidos en Mosul, informó Mitchell.
Mosul es la tercera ciudad más grande de Irak, situada a 360 kilómetros al norte de Bagdad. En cuanto a los soldados estadounidenses, murieron en dos ataques separados el lunes, durante operativos de combate en Ramadi, ciudad situada a 115 kilómetros al oeste de Bagdad, dijo el Ejército.
Los muertos eran soldados del Ejército de Estados Unidos asignados a la Segunda Fuerza Expedicionaria de Infantes de Marina.