Afirma la OCDE que sólo 25 por ciento de los mexicanos entre 34 y 35 años cumple con los estudios de nivel preparatoria o vocacional.
EL UNIVERSAL-AEE
MÉXICO, DF.- Si bien es cierto que en México ha aumentado el número de jóvenes que ingresan a una universidad pública o privada, para estudiar una carrera profesional, la matrícula en este nivel académico sigue por debajo de la que registran otros países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Las diferencias con el resto de las países miembros se hacen más evidentes entre el promedio de estudiantes que concluyen la preparatoria o vocacional, pues sólo 25 por ciento de los mexicanos entre 34 y 35 años cumplen con este grado de estudios.
Los indicadores del texto elaborado por la OCDE Panorama de la Educación 2005, revelan además que son más las mujeres las que concluyen sus estudios profesionales.
El 57 por ciento de los graduados de la universidad en carreras humanitarias, de salud y para el bienestar social, son mujeres; mientras que en áreas como las matemáticas, ciencias computacionales, ingenierías, fabricación y construcción sólo se gradúan 30 por ciento de féminas.
El diario The Times ubicó recientemente a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) entre las 100 mejores del mundo, sin embargo hay otras instituciones, según especialistas, capaces de traspasar las fronteras del conocimiento, culturales y hasta de idioma.
Una publicación empresarial enlistó a esas instituciones que se han caracterizado por renovar sus planes de estudio, formar a sus maestros y alumnos en el exterior, importar catedráticos y otorgar becas, incluso varias de éstas cuentan con reconocimientos internacionales: La Universidad de las Américas de Puebla, la Universidad de Monterrey, el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, la Iberoamericana, la Autónoma de Guadalajara, el Instituto Tecnológico de México, la Universidad del Valle de México, La Salle y la misma UNAM.
Para los especialistas en temas educativos, las posibilidades de acceso a universidades privadas están determinadas por el nivel socioeconómico de los aspirantes y en el caso de las públicas dependen de la oferta de lugares.
