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Mezclan terrorismo y política en La Intérprete

La Intérprete es protagonizada por los ganadores del Oscar Nicole Kidman y Sean Penn

El País

Madrid, España.- Sydney Pollack ha logrado lo que no pudo conseguir Alfred Hitchchock: rodar en el gran salón de la Asamblea General de la ONU, situado en un edificio de 39 plantas en la parte Este de la isla de Manhattan, uno de los símbolos arquitectónicos de Nueva York y oficialmente territorio internacional.

El mítico director británico lo intentó en Con la muerte en los talones (1959), pero no consiguió los permisos necesarios y tuvo que rodar en escenarios ficticios y con maquetas. Pollack lo ha hecho en La intérprete, thriller de corte político protagonizado por Nicole Kidman y Sean Penn. Sus contactos a alta escala le llevaron hasta Kofi Annan, secretario general de la ONU, con el que mantuvo una reunión en la que logró su objetivo: el permiso para rodar durante los fines de semana, en los que nadie trabaja allí, a lo largo de seis meses; un tiempo en el que todo el equipo, incluidas las grandes estrellas, tuvieron que pasar exhaustivos controles de seguridad para entrar y salir del edificio.

En la película, Kidman es una intérprete de Naciones Unidas que, por pura casualidad, escucha una conversación en la que se introduce la frase ?el maestro no saldrá vivo de la sala?, pocos días antes de que el presidente de un país africano acusado de genocidio dé un discurso en la sede de la ONU. Un tema, el de un testigo envuelto en un conflicto político internacional que le sobrepasa, que no resulta nuevo en la carrera de Pollack. Ya en 1975 dirigió Los tres días del cóndor, filme en el que Robert Redford interpretaba a un documentalista de la CIA que veía cómo sus compañeros de trabajo eran asesinados sin una razón clara y que se recuerda por una pesimista conversación final en la que se daba a entender la connivencia general de los cuatro grandes poderes (incluido la prensa) para tapar asuntos nada beneficiosos para éstos. Además, obras como Ausencia de malicia (1981) o La tapadera (1993) tampoco están lejos de esta temática.

En La intérprete, sin embargo, conforme avanza la trama, el personaje de Nicole parece saber más cosas de las que parece en un principio. Para la historia, los guionistas Scott Frank (Minority Report) y Steven Zaillian (La lista de Schindler), además de Pollack, decidieron inventarse el país africano y hasta el idioma que hablan. Así, el inexistente Matobo se supone que está situado cerca de Zimbabwe y Mozambique, y el imaginario idioma ku es una especie de mezcla entre los reales suahili y shona.

?No queríamos utilizar un país real porque nos arriesgábamos a que la película se pareciese más a un documental que a un thriller. Pero tuvimos cuidado en crear una historia basada en la realidad?. Por ello, elementos habituales en ciertos países africanos como la guerra, los conflictos poscoloniales, la corrupción y las luchas tribales se adhirieron a la historia inventada de Matobo.

Por su parte, Sean Penn es el agente de la CIA encargado de que nadie pueda atentar ni contra la intérprete que ha oído lo que no debía, ni contra el presidente de Matobo, y mucho menos en medio de un discurso ante las delegaciones de 195 países. Además de los dos protagonistas, Catherine Keener (Cómo ser John Malkovich), el francés Yvan Attal (Mi mujer es una actriz) y el danés Jesper Christensen (Italiano para principiantes) completan el reparto.

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