Estamos viviendo tiempos de cambios climáticos muy importantes en todo el mundo, algunos de ellos han sido favorables para algunas partes del planeta, en forma inusual en aquellas regiones del mundo especialmente desérticas, en donde la lluvia escaseaba y la mayor parte del año el clima era seco y polvoso; ahora con estos cambios en la presión atmosférica, la presencia de los huracanes y tormentas tropicales, se han visto favorecidos estos lugares por las precipitaciones pluviales consiguientes.
Pero lo que para algunas regiones ha sido benéfico, para otras ha traído consecuencias desastrosas sobre todo para aquellas grandes urbes asentadas en los litorales del Golfo de México. Mencionaremos en forma importante a la Isla de Cuba, que se ha visto inundada en varias ocasiones en el transcurso de este año y en donde vemos que sus habitantes, acostumbrados a estos fenómenos meteorológicos ya los sortean con relativa facilidad y han sabido absorber las consecuencias de los daños.
Una situación similar por su posición geográfica, ha sufrido nuestra Península de Yucatán y en especial la zona costera de Quintana Roo, Cancún, quienes han pasado los embates más o menos airosos de estas masas de agua y aire a gran velocidad, que destruyen todo a su paso dejando soledad y ruinas. Para nosotros los mexicanos las pérdidas han sido sobre todo económicas, refiriéndonos a la suspensión del turismo nacional y extranjero que aporta el mayor ingreso para la supervivencia de estos asentamientos humanos.
Sin embargo la historia de las últimas semanas, que escribió con lágrimas y violencia el huracán Katrina, ha sido diferente para nuestros vecinos del norte, particularmente para los Estados de la Florida, Luisiana y Mississippi, que se vieron azotados por este huracán que alcanzó la categoría V en pocas horas. Florida efectuó una evacuación de su población como muchas otras veces lo había hecho ante eventos similares, con daños mínimos a la población, aunque las pérdidas materiales fueron muy costosas. En contraparte la población de Nueva Orleáns, Luisiana y de Biloxi, Mississippi, con la presencia del río más caudaloso de Norteamérica el mismísimo Mississippi y con menos atingencia, permaneció en áreas de alto riesgo con pérdidas en vidas humanas que hasta este momento sobrepasan el millar y las pérdidas materiales son de las más costosas en toda la nación y en la historia del Estado, para una catástrofe natural. Biloxi, quedó destruido en casi un 95 por ciento de su infraestructura urbana, reportándose zonas en donde el agua cubrió hasta siete metros de altura durante más de 72 horas.
Nueva Orleáns, Luisiana, recibió no sólo el huracán con una gran masa de agua proveniente del mar, ya que se encuentra a nivel inferior al mismo y está protegida por diques de hasta seis metros de altura, que no sirvieron en estas circunstancias; hubo también la coincidencia insólita de la presencia de rupturas de represas del Lago Ponchartrain, que contribuyeron a inundar la ciudad y un perímetro muy grande alrededor de ella de más de 100 kilómetros.
Ambas ciudades sufrieron un caos muy importante, acentuado por falta de ayuda federal ante los diferentes refugios de gente que permanecieron sin alimentos y sin servicios básicos por más de 72 horas.
El gobierno de los EU se vio precisado a declarar zona de desastre toda esta área y su congreso federal aprobó una ayuda económica muy importante para la remediación de sus problemas, sin embargo la ayuda fue tardía e insuficiente.
La solidaridad de otras naciones especialmente México, Cuba, Inglaterra, Francia, se dio de inmediato ofreciendo ayuda; siendo aceptados contingentes con alimentos, cocinas y médicos y medicamentos especialmente por parte de México.
Los rotarios del mundo, organizados a través de Rotary International, abrieron cuentas bancarias de apoyo especialmente en dos distritos con aportaciones económicas muy significativas para el apoyo y la reconstrucción de las zonas devastadas.
Nosotros en el Club Rotario de Torreón, tenemos un hermanamiento muy especial por el intercambio de visitas de socios, subvenciones compartidas y programas, con el Club Rotario de Biloxi, Mississippi, por lo que nos apresuramos a ponernos en contacto con ellos hasta lograrlo y recientemente los tuvimos ya de visita en la celebración de nuestra Feria de Torreón, un poco tristes por haber perdido casi todas sus propiedades en bienes raíces, pero con el espíritu completo para seguir luchando por su ciudad.
El Club Rotario de Torreón, por otra parte está tramitando una subvención compartida con dos mil dólares por aportación de los socios, con otro club hermano de los EU y Rotary International, para lograr multiplicando el beneficio, una aportación total a Biloxi, Mississippi de 120 mil dólares; para ayuda en consultorios móviles, atención médica y medicamentos, refrendando nuestra amistad con los amigos en desgracia.
Un saludo especial al líder de este club: Sr. Hank Roberts, gran amigo de los mexicanos y especialmente de los laguneros.
?Dar de sí, antes de pensar en sí?.
nacho1948@hotmail.com