Todo el mundo y en especial México acaba de perder a un hombre excepcional, a un hombre ilustre en muchos campos del pensamiento y la acción, especialmente sobresaliente en el campo de la teología, en el de la filosofía, las letras; pero más aún en el campo del humanismo y con más propiedad yo diría el ?humanismo divinizado?.
Ha muerto S.S. Juan Pablo II, peregrino incansable, piedra angular de la Iglesia Católica, verdadero representante de N.S. Jesucristo. Cumple con su misión al fomentar por todo el orbe la unión y la paz entre los pueblos sin ningún tipo de distinciones.
Amigo fundamental de México, a quién visitó hasta en cuatro ocasiones, muy memorables para todos los mexicanos de todos los estratos sociales y grupos raciales, y que contribuyó en forma diplomática al país que ahora estamos viviendo y disfrutando.
Fue Juan Pablo II el motor de una revolución mundial callada, silenciosa, de esa revolución que transforma las almas y los espíritus de los hombres, que impregna valores y da valentía y por la cual vimos caer regímenes autoritarios y militaristas, doctrinas falaces y redentores sin ningún sustento.
Para México fue muy especial, por el tipo de afecto que supo despertar en toda la población con su carisma de ?Hombre de Dios?, ?Hombre Santo?, por el que arrastraba grandes multitudes y se hacían movilizaciones nunca antes vistas en nuestra patria.
La muerte de este gran hombre de dos siglos, independiente del credo religioso de cada uno de los rotarios, nos lleva a comprometernos aún más en las metas y desafíos que nos hemos planteado, en la convicción que si el mundo reacciona con congoja ante su desaparición física, es porque a ello se aúnan las causas por las que luchó el Papa.
Los rotarios hoy más que nunca vemos que el camino que tenemos es reforzar nuestro trabajo en Rotary, tomando el ejemplo de S.S. Juan Pablo II en los siguientes objetivos:
1.- Luchar sin claudicar por la paz y hermandad entre los seres humanos (objetivo Rotario).
2.- Tolerancia: El desaparecido Pontífice marcó en este sentido el rumbo, cuando se acercó a otras religiones o credos, señalando los elementos en común para la paz y felicidad humana.
3.- Pobreza: Señaló en toda su pastoral la mejor distribución de la riqueza, para que los pueblos tengan lo mínimo indispensable para vivir y sobre todo evitar las hambrunas. En Rotary tenemos compromiso en la lucha contra estos dos males. Remarquemos el homenaje con más trabajo en nuestras comunidades.
4.- Niñez y juventud: Sin duda fue un gran ídolo de los movimientos juveniles católicos y fue visto con mucha simpatía por los no creyentes en la misma religión. Nuestro deber es acrecentar el trabajo en Interact y Rotaract que forman los grupos de acción y liderazgo entre los jóvenes del rotarismo.
5.- Internacionalidad: Qué mejor que nuestra centenaria institución para marcar lo que el Papa pregonó: ?Todos los hombres del mundo son hermanos?. En nuestro trabajo internacional y a través de nuestra Fundación Rotaria, enmarcamos en el mundo la internacionalidad, la paz y la comprensión de los pueblos.
Los principios por los que luchó S.S. Juan Pablo II están ahí, y los rotarios tenemos coincidencias muy importantes con ellos, no puede haber mayor homenaje a su ausencia física, que retomarlos y acrecentarlos y así continuar en esta magna tarea, tarea que es de toda la humanidad.
?A celebrar Rotary?.
nacho1948@hotmail.com