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Minuto Rotario / LA NUEVA CULTURA DE LOS JÓVENES

Dr. Ignacio Méndez Lastra

( Tercera parte)

Todo esfuerzo que hagamos como sociedad, a favor de una mejor preparación de nuestra juventud, es indudable que redundará en un mejor país, en una mejor patria y en mejores comunidades para el futuro.

La alarma por lo que está sucediendo con nuestra actual generación de muchachos es muy comprometedora para toda la sociedad en su conjunto, y ya vimos como gran parte de lo que acontece con esa ?generación superficial,? se origina desde la familia misma, que de alguna manera disfuncional en un grado mayor o menor, en muchos de los casos se comporta descuidada, permisiva, poco exigente ante las conductas, educación y desarrollo de los mismos jóvenes; parece ser que los hijos terminan siendo un lastre muy importante para la vida de la pareja, por lo que incluso en algunos casos terminan olvidados en su propio hogar.

Es indudable que el sistema actual con los medios de comunicación masivos y globalizados, por llamarlos de alguna manera, son responsables también en gran medida de esta nueva cultura. Tenemos televisión por satélite o cable de cualquier parte del mundo las 24 horas del día de todo el año, con programas que no discriminan edad, sexo, preparación, madurez emocional o intelectual.

Los chicos de hoy altamente actualizados en los sistemas de informática y habilidades para acceder a cualquier programa o parte del mundo -por una parte muy satisfactorio para su formación profesional- son, sin embargo, presa con mucha frecuencia por la poca guía paterna o profesoral, de sesiones cargadas de sexo desenfrenado, erotismo y violencia de las más aberrantes.

La prensa escrita sigue padeciendo de una ?amarillismo? extraordinario, resalta casi siempre los actos de violencia, las escenas con gráficas de sangre venden más, es más importante exaltar el error o el desacierto de los dirigentes con encabezados francamente provocativos, que las buenas obras y proyectos que son más edificantes para los ciudadanos. De este modo, nos hacen ver a nosotros y más gravemente muestran a los jóvenes, que vivimos una sociedad enferma, casi sin remedio.

Nuestra clase política no se queda atrás, la falta de respeto a los principios de los propios partidos son en muchas ocasiones objeto de burla y únicamente tomados en cuenta como requisito para abanderar un candidato o fortalecer a un grupo. Constantemente nos damos cuenta que los acuerdos importantes para el bien del país no se respetan, las representaciones más altas en las cámaras de Senadores y Diputados son arenas de lucha de los intereses de partido y el futuro de México queda en un lado.

Los videoescándalos pusieron al descubierto las conductas más vergonzosas de nuestros representantes públicos, que de alguna manera ya conocíamos, o en otros casos lo sospechábamos fuertemente, pero que ahora tuvimos que aceptar que sucedían y ellos cínicamente dar miles de excusas a los ciudadanos.

Toda esta serie de situaciones muy actuales, repercuten fuertemente en nuestra juventud, y es quizá factor a tomar en consideración para esa nueva actitud de nuestros jóvenes a evadirse por el hedonismo, el confort, tratar de vivir una vida sin mayores complicaciones, y buscar a toda costa y no importa lo que cueste la ganancia económica, en vez de la satisfacción y trascendencia de un acto bien realizado y que se vea reflejado en el bien común de sus congéneres; así, minimizan su actividad a un acto meramente comercial.

La evasión de los jóvenes de una realidad tan severa, tan absurda, a veces tan cruel, no es nueva, ya el fenómeno de los ?pachuchos? de los años 40 y 50, los ?rebeldes sin causa? de los años 60 y 70 y ahora con esta nueva versión la ?generación light? o ?generación de la superficialidad?, nos están gritando que estamos viviendo un defecto sociocultural y estructural muy importante.

El problema visto así, es un problema social muy complejo, que requerirá por lo tanto de una solución muy compleja y múltiple y que nos atañe a todos los sectores de la sociedad.

Recién vimos cómo la intervención de la familia mexicana, con su unidad, con sus valores, con su respeto, su cuidado por cada uno de sus miembros puede ayudarnos en la solución del problema de una manera muy importante. Así es que promovamos la integración de la verdadera familia, cuidemos de sus valores, cuidemos de sus ingresos, de la educación de sus integrantes, erradiquemos todos los indicios de violencia, drogadicción o alcoholismo que la puedan perjudicar para que siga siendo el pilar fundamental de nuestra sociedad y nuestros jóvenes prosigan en ese mismo criterio; será un logro muy importante lo que alcancemos en este programa.

¿Cuál papel juegan nuestros centros de estudios superiores, especialmente los universitarios? ¿Qué idea o reflexión tienen nuestras mentes más brillantes de nuestra comunidad en torno a este problema? ¿Cual será su aportación para terminar con esta apatía y defecto conductual de nuestros jóvenes?

Lo invito a que prosigamos en esta reflexión.

?Dar de sí, antes de pensar en sí?.

nacho1948@hotmail.com

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