Se presentó de pronto y me dijo sin más:
-Soy el tapón de champaña.
Quedé muy sorprendido, pues las reglas del buen trato social prescriben que se debe saludar a la persona antes de la presentación. No di a ver mi extrañeza, sin embargo, y pregunté con amabilidad:
-¿En qué le puedo servir?
Me contestó:
-Siempre se dice: "Salió como tapón de sidra". Y la sidra es bebida popular. En cambio la champaña es de la aristocracia. Yo quiero que usted influya para que en adelante la gente diga: "Salió como tapón de champaña", y no: "Salió como tapón de sidra".
Me disculpé con él. Los dichos, le expliqué, los hace Su Majestad el pueblo, y nadie los puede alterar.
Se molestó el tapón de champaña, y salió como tapón de sidra.
¡Hasta mañana!...