En medio de la oscuridad encendió aquel hombre una pequeña luz.
Los demás hombres le pidieron que compartiera con ellos esa luz, Pero el hombre, egoísta, se negó. Sola, su luz no fue suficiente para disipar la oscuridad, y con el primer soplo de viento se apagó.
En medio de las tinieblas otro hombre encendió una pequeña luz.
Los demás hombres le pidieron que compartiera con ellos esa luz. El hombre, generoso, la compartió con todos. Se iluminó la oscuridad con tanta luz, y cuando el viento apagó la luz del hombre generoso pudo él encenderla nuevamente en la luz que había dado a los demás.
¡Hasta mañana!...