La encontré en el camino. Era muy de mañana, apenas brillaba el sol en los picos gemelos de Las Ánimas. Se despedía el último vientecillo de la noche bebiéndose a la carrera las copas de los oscuros pinos.
Yo la reconocí, pues muchas veces ya la he visto. Es joven y es hermosa. Camina con paso apresurado -ya demasiado rápido, me temo, para mí-, y suele cantar una canción que me hace recordar la juventud.
-Llegas puntual -le dije-, como siempre.
-También con puntualidad luego me iré -me respondió.
-Pero regresarás ¿verdad?
-Siempre regreso.
-Ya lo sé. Regresarás aunque ya no esté yo.
-Tú también estarás.
Así me dijo, y siguió caminando presurosa. Anoté en mi libreta la fecha de mi encuentro con la primavera: marzo 21.
¡Hasta mañana!...