El geómetra le preguntó a un triángulo equilátero cuál de sus tres lados era el más importante. Respondió el triángulo:
-Mis tres lados son igualmente importantes.
Dijo el geómetra:
-¿Porque los tres miden lo mismo?
-No -replicó el triángulo-. Aunque uno midiera más que los otros los tres seguirían siendo igualmen-te importantes.
-¿Por qué? -quiso saber el geómetra.
Le dijo el triángulo:
-Porque si un solo lado me faltara, aunque fuese el menor, dejaría de ser triángulo.
El geómetra se quedó pensando, y concluyó que el triángulo tenía la razón. Cuando hay un todo -sea un triángulo, sea una familia, sea una sociedad- todas sus partes, hasta la menor, son necesarias para formar el todo.
¡Hasta mañana!...