El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia. Le preguntó de pronto:
-Señor: ¿de dónde viene el mal?
-¿De dónde crees tú que viene? -preguntó a su vez Él.
Respondió el padre Soárez:
-Siempre se ha dicho que el mal proviene del demonio.
-¡Pobrecito! -sonrió el Señor-. Los hombres siempre le echan la culpa a él del mal que hacen. La verdad es que si no fuera por ustedes el pobra diablo nada podría hacer.
-Entonces -insistió el padre Soárez-, ¿de dónde viene el mal?
-Te lo voy a decir -contestó el Señor-. Viene de la ignorancia. Y no me digas que muchas veces la maldad ha venido de los hombres sabios. Esos malos hombres en verdad eran ignorantes, pues no tenían la mayor sabiduría: la del bien.
El padre Soárez meditó aquellas palabras, y luego fue a leer un libro bueno. Quería apartarse de esa fuente de la maldad que es la ignorancia.
¡Hasta mañana!...