El viajero recuerda los "diners", cafeterías a lo largo de la ruta 66, en Estados Unidos, años cincuentas del pasado siglo.
Sus anuncios y mobiliario eran art déco. La cubierta de sus mesas y su barra era de "formica". Había en esos locales abundancia de neón. Sus meseras se parecían todas entre sí, ya fueran de California o de Illinois, y se llamaban Mildred, Daisy, Blanche...
Servían ahí sandwiches y tartas de manzana con grandes vasos de leche o tazas de café que las maduras sílfides volvían a llenar sin que el cliente tuviera que pedirlo.
Edward Hopper hizo en sus cuadros el retrato de aquellos "diners". Los pintó con sus luces fantasmagóricas rompiendo las tinieblas de la noche. Un hombre solitario, y una mujer solitaria junto a él... Quizá hizo Hopper el retrato de la vida.
¡Hasta mañana!...