Y sucedió que después de muchos años las cosas de la Tierra empezaron a desaparecer.
Primero desaparecieron las obras de los hombres: sus máquinas y sus invenciones, sus artificios todos. Un lector del Quijote notó alarmado que conforme leía el libro las palabras se iban borrando sin dejar ninguna huella. Ahí donde antes decía: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...? no quedó ni nombre, ni lugar, ni mancha de recuerdo.
Se fueron después las cosas que el hombre no había hecho: los animales y las plantas, los cielos y la tierra...
Al mismo tiempo que eso sucedía, en otro tiempo y otro espacio iba sucediendo que otro cielo y otra tierra eran creados, con otros animales y otras plantas.
Y sucedió que después de muchos años un soldado prisionero, absorto como si oyera algo, tomó una pluma y comenzó a escribir sin vacilar: "En un lugar de la Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme...".
Y todo lo demás.
¡Hasta mañana!..