Me habría gustado conocer a Karl Barth, teólogo suizo. Dijo esto: "Puede ser que cuando los ángeles cumplen su tarea de alabar a Dios lo hagan con música de Bach. Pero estoy seguro de que cuando se juntan en familia, ya en confianza, toca música de Mozart. Y el buen Dios los oye entonces con especial contentamiento".
No puede haber comparación posible entre ambos músicos. El genio es la región de los iguales, y la obra maestra es igual a la obra maestra. Pero no cabe duda de que ante la severa majestad de la música de Bach las gráciles armonías de Mozart están tan cerca de lo humano que alcanzan lo divino.
Me habría gustado conocer a Karl Barth, teólogo suizo. Sabía de teología y sabía de música. Y por eso sabía también de Dios y de los hombres.
¡Hasta mañana!..