Me habría gustado conocer a esa señora de la cual me dijeron en uno de mis viajes.
Tuvo un cierto problema con su esposo, a consecuencia del cual el marido dejó de dirigirle la palabra. Adoptó el hombre una ridícula actitud altiva, y no le hablaba a su mujer.
Así llevaba ya tres días. Sucedió que el jueves el señor debía madrugar para tomar un vuelo. Como no le hablaba a su esposa le escribió un recado y se lo puso en el buró: "Ya sabes que yo no oigo el despertador. Ponlo tú y despiértame a las 5 de la mañana".
Al día siguiente el hombre despertó y vio su reloj. Eran las 9. En el buró estaba un recado que su señora había escrito y dejado ahí. Decía el recado: "Son las 5 de la mañana. Ya levántate, no vayas a perder el vuelo".
Me habría gustado conocer a esa mujer. Sabía cómo manejar las necedades de su hombre.
¡Hasta mañana!..