HISTORIAS DEL SEÑOR PEREZ Y DE SU
TRÁGICA LUCHA CONTRA LA BUROCRACIA
-El señor pérez no quiebra un plato.
Así decían las gentes para indicar que era muy pacífico.
A causa de su mansedumbre el señor pérez gozaba de mucha consideración social. Los hombres se descubrían a su paso y las señoras lo saludaban con una leve inclinación de la cabeza.
Así las cosas, un día el señor pérez quebró un plato. Lo hizo inadvertidamente, por pura distracción, sin darse cuenta. Pero el suceso causó estupor muy grande, y todas las esferas condenaron la reprobable acción. Las gentes le retiraron el saludo: cuando el señor pérez iba por la calle los hombres se sumían el sombrero y las señoras levantaban la frente con desdén.
Finalmente, a petición general. Las Autoridades tomaron cartas en el asunto. Se consideró que el señor pérez que ahora sí era capaz de quebrar un plato, no podía ser visto ya como un ciudadano pacífico. Constituía un peligro para la sociedad, por lo que había que ponerlo a buen recaudo.
Llevaron al señor pérez a La Cárcel y lo pusieron en una celda muy segura.
Ahí le llevaban la comida en una escudilla de madera y no en un plato, como a los demás, porque podía quebrarlo.
¡Hasta mañana!..