En aquellos discípulos dijo Hu-Ssong a su tiempo:
-No debemos dejar de hacer lo que queremos por temor a equivocarnos. Aun nuestros errores pueden ser una contribución al bien de los demás. Alguien podrá pensar que hizo el ridículo el primer hombre que tiró piedras a las nubes para alejar la tempestad, pero la equivocación y el fracaso de aquel antepasado sirvió para que los demás hombres no cometieran ya ese mismo error. Los aciertos en que se basa nuestro mundo son fruto de incontables equivocaciones cometidas por incontables hombres.
Y concluyó Hu-Ssong:
-Si no haces nada no te equivocarás, pero si no te arriesgas a equivocarte no harás nada.
Los discípulos entendieron que su maestro decía la verdad, y salieron al mundo a equivocarse. Es decir, a hacer algo.
¡Hasta mañana!..