Llega el viajero a Liechtenstein. Al salir de Innsbruck vio junto al río Inn una capilla a cuyo lado crece un árbol tan alto como la torre de la iglesia. El viajero sigue pensando cuál de los dos es más iglesia, la capilla o el árbol.
Liechtenstein es un pequeño principado cuyo territorio abarca apenas 160 kilómetros cuadrados. Su capital, Vaduz, tiene algo así como 6 mil habitantes. Y sin embargo en este diminuto país nace un gran río, el Rhin. El viajero lo vio, acabado de nacer, desde el palacio del Príncipe Hans Adam.
Nadie adivinará al ver el Rhin en sus primeras fuentes que luego será como un undoso mar en movimiento. Siente el viajero la tentación de hacer un barquito de papel y echarlo aquí, para decir después que tiene un barco navegando por el Rhin. No lo hace porque sabe que todos los ríos son el mismo río, y que todos los barcos de los hombres son un mismo barco.
¡Hasta mañana!..